Ambos se encuentran en tu botiquín médico casero. Tanto el Advil (ibuprofeno) como el Tylenol (paracetamol o acetaminofeno) son dos de los "painkillers" más populares para acabar con algunos de los malestares más comunes. Pero, ¿cuál es el más efectivo?
¿Qué debería tomar si me duele la cabeza o si estoy con fiebre? Aunque la respuesta remite a los fármacos mencionados, Neus Caelles, presidenta del Comité Científico de la Sociedad Española de Farmacia Comunitaria (Sefac), sugiere conocer las propiedades de cada uno antes de tomar una decisión.
¿Para qué sirve cada uno?
Y es que, aunque el ibuprofeno y el paracetamol comparten propiedades analgésicas, la acción antiinflamatoria del primero y el trabajo antitérmico del segundo permiten diferenciarlos claramente y darles otros tipos de uso.
Por ejemplo, la Biblioteca Nacional de Medicina recomienda emplear el ibuprofeno en enfermedades donde la inflamación es la protagonista, como en los casos de artritis y faringitis, mientras que para tratar problemas exclusivos de dolor el paracetamol es lo más indicado.
Ambos, contra la fiebre
En tanto, si quieres deshacerte de la fiebre, la administración de cualquiera de los dos puede ayudarte; no obstante, en el caso del Tylenol deberás de tener cuidado ya que se recomienda no suministrarlo en niños menores de 6 meses y en algunas embarazadas.
A la hora de calmar el dolor, ambos pueden ser tus mejores amigos, ya que por una parte el Advil bloquea la producción de químicos tóxicos en la sangre que causan dolor e inflamación, mientras que el Tylenol bloquea la percepción de dolor en el cerebro.
¿Hay riesgos?
Y pese a que ambos medicamentos, además de considerarse seguros, han sacado de apuros a muchas familias, es importante conocer acerca de los riesgos que pueden conllevar para la salud, en especial en algunos pacientes.
Según Caelles, la administración de ibuprofeno debe evitarse en pacientes que presentan úlceras gástricas, insuficiencia renal o hepática grave puesto que complicarían más estos cuadros. Asimismo, se sugiere que lo eviten quienes consumen antihipertensivos.
Por otro lado, el paracetamol puede representar riesgos en las personas con insuficiencia hepática debido a que este fármaco, si se consume en altas dosis, suele concentrarse en el hígado, y por consiguiente podría afectarlo.
Para una medicación más segura, la Biblioteca Nacional de Medicina recomienda que los pacientes con problemas crónicos consulten a su médico antes de consumir ibuprofeno o paracetamol.
Ibuprofeno (400 mg)
En caso del ibuprofeno, se recomienda consumir 400 mg cada ocho horas y no superar los 1,200 mg diarios, pues algunos estudios han demostrado que podría producir riesgos a nivel cardiovascular.
Demás riesgos
Según la Biblioteca Nacional de Medicina, una sobredosis de ibuprofeno puede causar zumbidos en los oídos, visión borrosa, diarrea, acidez, vómito, dificultad respiratoria, confusión, agitación y hasta caer en coma.
En tanto, algunos de los síntomas que sobrevienen a una sobredosis de paracetamol incluyen dolor abdominal, pérdida de apetito, convulsiones, ictericia, sudoración, malestar estomacal, hasta caer en estado de coma.
De ahí la importancia de ingerir la cantidad recomendada de paracetamol, que oscila entre los 500 a 650 mg cada ocho horas. Cualquier cantidad que rebase la medida diaria podría causar daños a nivel hepático, advierte Caelles.
¿Y si hay que emplear ambos?
En algunos casos, por ejemplo, si se presenta fiebre alta, el médico puede recomendar ambas medicinas, para lo que se sugiere alternarlas cada cuatro a seis horas “siempre con la pauta instaurada por un médico”, agrega la experta.
Lo mejor que debes hacer
Aunque estos medicamentos suelen venderse sin receta médica, lo mejor es que consultes a tu médico para una revisión general y a partir de la valoración, determinar qué medicamento es el adecuado para el problema de salud que presentas.