Los regímenes y dietas de alimentación también son parte de modas y tendencias, enfocados a veces en la innovación a ultranza más que en la salud. Más allá de aportar buenos hábitos, suelen dejar un mal sabor y, peor que eso, desaniman a asumir cambios en la alimentación realmente saludables.
En la ciudad de Nueva York se esparció la creencia que era posible comer alimentos grasos sin temor a engordar, siempre y cuando fueran bajos en carbohidratos. La siguieron celebridades y atletas. Pese a que tuvo gran impacto, la verdad es que con esta dieta se eliminan nutrientes esenciales y aumenta el riesgo de subir el colesterol malo y presentar problemas cardiacos. La dieta Atkins es un ejemplo de este tipo régimen.
2. Tendencia baja en grasa
Durante la década de 1980 y 1990, la obsesión por el consumo de alimentos bajos o nulos en grasas invadió la moda de las dietas para bajar de peso. Aunque en un principio pareció una buena idea, este fanatismo sólo trajo a los consumidores falta de saciedad y nutrición. Por ello, expertos sugieren agregar al plato grasas saludables.
La dieta “Paleo” o “del hombre de las cavernas” consiste en hacer a un lado los alimentos procesados y consumir alimentos integrales, orgánicos, en su estado natural, incluyendo carnes. Podría decirse que se basa en buenos principios. Los expertos aconsejan no hacer la dieta durante mucho tiempo y no caer en extremismos.
4. Dieta “Scarsdale”
La dieta Scarsdale es un régimen para perder peso rápidamente, clasificada como una dieta de muy pocas calorías (de 700 a 1000 calorías diarias, para mujeres).Es una de las más antiguas dietas bajas en carbohidratos, popular en los 70 y 80 y aún hoy. Su mayor riesgo es la falta de nutrientes y calcio, dado que excluye lácteos.
La dieta de la alimentación por sonda, llamada también K-E, se popularizó entre las jóvenes próximas a casarse que quieren perder peso muy rápido. A través de un tubo colocado por la nariz se suministra proteína, grasa, agua y se evitan los carbohidratos para poder bajar de peso. Las personas tienen que estar hospitalizadas. Los riesgos son deficiencia de nutrientes, sistema inmune débil y pérdida de masa muscular.
6. La dieta detox
Es una opción para bajar de peso mediante el consumo frecuente de líquidos, en especial agua con limón, jugos, caldos y tés. La mayor contra que es que parte del peso que se pierde será agua, glucógeno almacenado (hidratos de carbono), y residuos, que se recuperan en parte al terminar. Es extremadamente difícil y puede conducir a una intensa ansiedad y al rebote de comer en exceso.
Esta dieta, que consiste en tomar un vaso de agua con arcilla, con la finalidad de desintoxicar, sigue siendo considerada una de las peores. En lugar de ayudar a limpiar el intestino, la arcilla puede causar daños internos y descompensación de nutrientes. La idea proviene de algunas culturas indígenas que, al no tener acceso a ciertos nutrientes en su dieta, como el calcio de los productos lácteos, o hierro, ingerían arcilla.
8. Dieta de los gusanos o de la solitaria
Quizá sea una de las dietas más repugnantes. Consiste en ingerir cápsulas con huevos de parásitos, como la lombriz solitaria, y esperar a que se alimenten en el interior del cuerpo para así bajar de peso. El mayor peligro es que estos organismos pueden viajar a otras partes del organismo y representar un grave problema de salud. Fue prohibida en varios países.
9. Dieta Dukan
Promete bajar 10 libras (5 kilos) en una semana, mediante el consumo de grandes cantidades de proteínas y pocos carbohidratos. Fue duramente criticada ya que no había evidencia científica que demostrara beneficios. Puede funcionar en la primera fase al no consumir carbohidratos, pero al finalizar se recupera el peso perdido rápidamente. Tiene además otros riesgos para la salud.
Rebecca Scritchfield, autora del libro “La bondad del cuerpo: transforma tu cuerpo desde el interior hacia fuera”; Jessica Crandall, dietista registrada en Denver; Vandana Sheth, nutricionista registrada en Los Ángeles; Asociación Británica Dietética.