A pesar de las esperanzas puestas en la reforma de salud, para los empleados, los costos se incrementarán hasta 5.4% en 2012, según una revisión a nivel nacional de la consultora Mercer. Por eso, hay que agudizar el ingenio, para lograr bajar las cuentas sin resentir la calidad de atención ni dejar de lado ningún examen necesario. Los que siguen son 8 consejos para lograrlo.
El médico de cabecera, o de familia, debe ser más que un médico: se trata de un aliado que toma en cuenta tus recursos económicos a la hora de definir medicinas y tratamientos. Y lo logra manteniendo un alto estándar de calidad, indica un informe de Consumer Reports. El "de boca en boca" suele funcionar para conseguir al generalista correcto, pregunta, consulta, y encontrarás a tu "media naranja" médica.
Habla con tu médico antes de cualquier procedimiento, desde una simple prueba de sangre hasta una mamografía. Debes saber cuánto vas a tener que gastar de tu bolsillo, para no recibir cuentas sorpresa, afirma el informe de Consumer Reports.
Listas para comparar
Como en otras áreas de servicios, los médicos están listados en un tarifario que puedes consultar en www.healthcarebluebook.com. Se trata de un recurso gratuito que brinda información sobre distintos procedimientos y orienta a los consumidores. Ayuda a conocer más sobre costos y a detectar errores en las facturas, que, dice Consumer Reports, ocurren con frecuencia.
3. Informarse sobre los genéricos
En Estados Unidos, a diferencia de muchos países de Latinoamérica, los médicos prescriben un medicamento utilizando el nombre de la sustancia madre con la que está fabricado, y no por su marca. Así, dan al consumidor la posibilidad de elegir una droga genérica, que suele ser mucho más económica que la producida por un gran laboratorio, e igual de eficaz.
Muchas veces es el mismo farmacéutico el que te preguntará si quieres el medicamento de marca o su versión genérica. Si te decides por el segundo, debes saber que en Estados Unidos las drogas genéricas pasan por los mismos controles de calidad y seguridad que cualquier otra droga. Y tienen que ser aprobadas por la Administración de Drogas y Alimentos (FDA)
Vencen patentes y bajan precios
Hay que estar atentos y consultar al médico. En los próximos 12 meses, los precios de seis de los 10 medicamentos más consumidos serán mucho más baratos… costarán hasta 90 por ciento menos. ¿La razón? Vencen las patentes de estas drogas, lo que significa que podrán fabricarlas laboratorios que producen su versión genérica, a mucho menos costo. Entre ellos están: el popular anti colesterol Lipitor y Enbrel, para tratar la artritis.
No asumas que el precio que recibiste en la factura es definitivo y no puede cambiar, aconseja Consumer Reports. Discute cualquier precio que crees que tu aseguradora debería pagar y no envíes un cheque hasta que no hayas agotado todas las opciones. Lo importante es que el hospital, laboratorio o centro de salud sepa que estás interesado en resolver el problema.
5. Pedir cambios de facturación
En el papeleo que implica un estudio médico o una internación, procesos llenos de formularios y códigos, los errores o sobrecargos son moneda frecuente. Revisa precios, pero también fechas: un estudio reveló que cerca del 30 por ciento de los errores se dan por citas médicas o procedimientos que, simplemente, no existieron.
También puedes consultar grupos que ayudan a los usuarios a navegar el a veces arduo laberinto de los gastos hospitalarios. Algunos son gratuitos y otros cobran una cuota. Entre otros están: Health Advocates (www.healthadvocates.com), INSNET (www.myinsnet.com) y Medical Cost Advocates (www.medicalcostadvocate.com).
7. Escribe cartas pidiendo rebajas
Si la vida te pone en medio de una emergencia, terminarás recibiendo decenas de facturas por todos los servicios tercerizados: desde el anestesista hasta la enfermera. Escribe una carta tipo y envíala a cada uno de los involucrados en tu cirugía o tratamiento, pidiéndoles una rebaja. Te sorprenderá la solidaridad de los profesionales de salud.
Desafortunadamente, los costos de salud en el país están sobredimensionados: Estados Unidos tiene uno de los sistemas médicos más costosos del mundo, según la Organización Mundial de la Salud. Por eso, un procedimiento quirúrgico que hecho bajo el Medicaid (el sistema público de salud) cuesta $1,200, en el sistema privado costará $7,000.
Una alternativa que tienes por derecho es recurrir al Departamento de Salud de tu condado en busca de ayuda y de programas preventivos de calidad. Puedes investigar alternativas en los sitios web oficiales o en el sitio del proyecto de salud en condados www.countyhealthproject.org, del Instituto de Salud Poblacional de la Universidad de Wisconsin, que concentra toda la información de salud disponible a la vuelta de tu casa.