Durante mucho tiempo la rúcula (arugula en inglés) fue considerada una "mala hierba". Ahora, goza de reconocimiento y popularidad, no solo porque embellece y agregar sabor a los platillos, sino también porque nuevos estudios destacan sus aportes a la salud.
Se la conoce como rúgula, oruga, ruqueta, arúgula o jaramago, denominaciones que se aplican a cualquiera de las especies Eruca vesicaria,Diplotaxis tenuifolia o Diplotaxis muralis. Pertenecientes a la familia brasicáceas, la rúcula se caracteriza por su intenso pero agradable olor, y un sabor ligeramente amargo. También está emparentada con la coliflor y los rábanos.
Su consumo es similar al de la lechuga, sus hojas se utilizan para preparar ensaladas, acompañar sándwiches o hacer sopas. Los nutricionistas recomiendan combinarla con frutos secos, como las nueces, pimientos dulces, o carne de pollo. Sus semillas también se utilizan para elaborar vinagretas o aromatizar aceites.
El uso gastronómico y medicinal de la rúcula se remonta a la época del Imperio Romano, donde se la consideraba un potente afrodisíaco. A partir de 1990, diferentes laboratorios comenzaron a estudiar sus propiedades y encontraron que su rico contenido de hierro, fibra, vitaminas y antioxidantes puede ofrecer diferentes beneficios para la salud:
Contra la diabetes
Junto a otros vegetales de hoja verde, la rúcula contiene un compuesto antioxidante llamado ácido alfa lipoico. Las investigaciones sobre sus efectos encontraron que ayuda a disminuir los niveles de azúcar en sangre y aumenta la sensibilidad a la insulina. Sin embargo, aún son necesarias más pruebas, ya que estos beneficios fueron probados a partir de aplicaciones intravenosas.
La rúcula es una gran fuente de vitamina K, compuesto al que se le asocian diferentes beneficios para la salud de los huesos, especialmente en su formación y desarrollo. Además, posee bajos niveles de oxalato, lo que previene la degeneración ósea y nerviosa, y la aparición de cálculos renales.
Propiedades anticancerígenas
En los últimos años los vegetales crucíferos, como el brócoli, coles, rábanos, y por supuesto la rúcula, se asociaron con la prevención o reducción de ciertos tipos de cáncer, como el de pulmón, colon, esófago o páncreas. Los expertos creen que esto se debe a la presencia de sulforafano, un compuesto que ofrece a los vegetales su sabor amargo, pero también tiene propiedades antioxidantes.
Buena para ejercitarse
La rúcula tiene un alto contenido de nitrato, un compuesto que se asocia a una mejor oxigenación muscular durante la actividad física. Por ello, muchos especialistas creen que un mayor consumo puede ayudar a realizar ejercicios de resistencia a largo plazo. También se asocia el nitrato con un mejor funcionamiento cardiovascular y respiratorio.
Mejora las defensas
El rico contenido de vitaminas que posee la rúcula, especialmente la A y C, mejoran el funcionamiento del sistema inmunitario, ayudando así a fortalecer las defensas. Distintos estudios encontraron que estas vitaminas aumentan la producción de glóbulos blancos y eliminan a los radicales libres, moléculas dañinas que afectan las estructuras celulares por su acción oxidativa.
Buena para la vista
La rúcula es una importante fuente de carotenoides, pigmentos naturales que son reconocidos desde hace mucho tiempo por sus beneficios en la salud de los ojos. Los profesionales señalan que su consumo puede ralentizar la degeneración macular, una de una de las principales enfermedades responsables de la pérdida de visión.
Desintoxicante
Por su composición nutritiva, rica en vitaminas y minerales y baja en calorías, se cree que el consumo de rúcula junto a una dieta equilibrada ayuda a depurar el organismo, "limpiando" la sangre al reducir los niveles de colesterol y triglicéridos, y eliminando las toxinas de los intestinos.
Al consumo de rúcula también se lo suele vincular con efectos diuréticos, antiinflamatorios, relajantes, calmantes y rejuvenecedores. Incluso existe evidencia que halló que su ingesta junto con sildenafil, un vasodilatador que puede ayudar a tratar la disfunción eréctil, mejoraría los efectos del medicamento. Sin embargo, son necesarios más estudios que corroboren estas bondades.
Precauciones
Hasta el momento se desconoce si la rúcula posee efectos secundarios, sin embargo, los expertos no aconsejan comerla en exceso, ya que puede provocar inflamación. También existe el riesgo de ser intolerante o alérgico, por eso, es recomendable comenzar consumiéndola en pequeñas porciones. Aunque es necesaria más evidencia, puede interactuar con ciertos anticoagulantes.
Recuerda
Hasta contar con evidencia científica significativa proveniente de ensayos en humanos, las personas interesadas en utilizar terapias a base de hierbas y suplementos deben tener mucho cuidado. No abandones ni modifiques tus medicamentos o tratamientos, antes habla con el doctor sobre los potenciales efectos de las terapias alternativas o complementarias.
Fuentes consultadas
American Botanical Council, Base Exhaustiva de Datos de Medicamentos
Naturales, Biblioteca Nacional de Medicina de EE. UU., Departamento de
Agricultura de EE. UU., Instituto Nacional de Medicina Complementaria y
Alternativa.