15 preguntas incómodas sobre el sexo

Ya sea que te lo pregunte tu doctor o tu nueva pareja, esta pregunta es necesaria. Según el Dr. David Delvin, experto en sexualidad, “Actualmente las prácticas sexuales son más abiertas y es común tener varias parejas, por lo que ya no importa tanto el número, sino el haber usado protección con cada una”.

Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) cada año se registran 19 millones de infecciones de transmisión sexual, siendo las más comunes la clamidia, la gonorrea y la sífilis, además del VIH; además, no usar protección también eleva el riesgo de embarazo no deseado.

"Preguntar esto a tu pareja puede ser incómodo, pero es una medida de seguridad para ambos", asegura el Dr. Delvin, "Si tú o tu pareja han tenido alguna vez relaciones sin protección, es importante que se hagan exámenes para conocer el estado de su salud: es una manera de cuidarse el uno al otro".

"Muchas enfermedades no presentan síntomas y a veces sólo son observables tiempo después del contagio", explica la Dra. Mary Rosser, del Colegio de Medicina Albert Einstein. "Es importante hacerse los exámenes necesarios para detectar y tratar a tiempo cualquier problema".

Según la Dra. Carol Queen, de la Universidad de Oregon "Debemos poner atención a nuestros genitales y tocarlos: ante cualquier problema, notaremos la aparición de dolor, comezón o irritación, así como molestias al orinar o tener sexo; si sucede algo que nos incomoda o preocupa, hay que acudir al médico".

No, si es constante o recurrente. Según el Dr. Delvin: "Es normal que duela alguna vez, ya que son partes sensibles las que están involucradas; pero si el dolor es frecuente, entonces puede haber un problema detrás. Si es tu caso, lo mejor es acudir al médico, para conocer la causa del problema y buscar la mejor solución".

Según el Dr. Stanley Ducharme, de la Universidad de Boston, “Esto es más común de lo que parece, pues afecta a casi el 40% de los hombres. En general suele deberse al estrés, sin embargo, también podrían influir otros factores psicológicos o físicos. Pero no hay que temer, hay muchas opciones de tratamiento”.

"Este problema es poco común, y suele deberse también a las preocupaciones o la ansiedad, ya que provocan distracción, lo cual retrasaría la eyaculación e incluso debilitaría la erección. Sin embargo, si te sucede con frecuencia, visita al médico, ya que podría haber algo mas serio, como diabetes”, explica el Dr. Ducharme.

El Dr. Ducharme recomienda hablar con el médico para hallar el tratamiento ideal, “Éste puede incluir terapia sexual, para aprender a controlar la eyaculación; psicoterapia, para tratar los problemas como estrés o ansiedad, o incluso existen drogas, si la causa de los problemas es física”.

Cada mujer necesita ser estimulada a su modo, de lo contrario su probabilidad de tener un orgasmo se reduce. "Se calcula que casi 71% de las mujeres no ha tenido un orgasmo, así que no te alarmes, sólo no dejes de intentar”, asegura la Dra. Dra. Hyla Cass, de la Universidad de California en Los Angeles.

"Si tú tienes problemas para tener un orgasmo, es importante que explores tu cuerpo y descubras qué te satisface más; pídele a tu pareja que te ayude, para que ambos puedan disfrutar más del sexo", explica la Dra. Cass.

"Muchos creen que es malo el sexo en este período, pero no hay razones médicas que lo impidan", asegura la Dra. Pat Bass III, de la Universidad Estatal de Louisiana. "Si tú y tu pareja se sienten cómodos, no hay ningún problema; de hecho, es probable que el sexo te ayude a aliviar el malestar".

"Si vas a tener sexo durante tu período sería útil poner una toalla sobre la cama y ten un paño húmedo al alcance, por si llega a haber un sangrado abundante", recomienda la Dra. Flood-Shaffer, de la Universidad de Cincinnati. "Asimismo, utiliza protección, ya que aun en esos días hay un pequeño riesgo de embarazo".

"No, si lo haces con cuidado", explica la Dra. Laura Berman, de la Universidad de Chicago. "El ano tiene muchas terminaciones nerviosas que pueden producir placer, sin embargo, tiene un recubrimiento que puede desgarrarse fácilmente, causando dolor y elevando el riesgo de padecer una infección".

"Si vas tener sexo anal, debes utilizar condón, para reducir el riesgo de infecciones, y lubricante, para facilitar la penetración y evitar desgarres. También es importante relajarse y estimular el área con el dedo o algún juguete para que el ano se dilate", recomienda la Dra. Berman.

"Muchas mujeres pueden preocuparse en exceso por su olor, pues lo consideran desagradable aun cuando es normal. El sexo o la menstruación pueden modificar el ph de la vagina provocando un cambio en el olor, el cual si es saludable siempre es un poco acre", explica la Dra. Mary Jane Minkin, de la Universidad de Yale.

"Si olor es como de pescado y además presentas irritación, comezón y ardor al orinar, puede tratarse de una infección, por lo que debes acudir al médico", explica la Dra. Minkin, "Además, evita las duchas vaginales, ya que irritan el tejido, elevando el riesgo de mal olor o infección”.

"Los labios de la vulva son diferentes en cada mujer: no existe una vulva que se parezca a otra; sin embargo, los medios y la pornografía han provocado que muchas mujeres se sientan inseguras sobre su anatomía", explica Amy Levine, educadora sexual. "Los labios de la vulva pueden ser asimétricos o variar en textura o en color, pero eso es normal".

"Es importante que cada mujer conozca su vulva y aprenda a quererla: sentirnos a gusto con nuestro cuerpo es algo fundamental para tener una buena autoestima, seguridad y, por supuesto, una vida sexual de calidad", asegura la Dra. Mary Rosser, de la Escuela de Medicina Alberte Einstein.

Ésta es la pregunta del millón de dólares: "Muchos investigadores no creen en la existencia del punto G. Sin embargo, lo recomendable es no dejar de buscarlo: qué importa si no existe, tal vez con tu pareja encuentres algún otro punto aún más interesante", explica la Dra. Stephanie Buehler, del Istituto Buehler de terapia sexual.

"Una fantasía o un sueño erótico no definen tu sexualidad", explica el terapeuta sexual Michele Sugg, "Existen diversas razones por las que puedes tener una fantasía con alguien de tu propio sexo o incluso llegar a experimentar, pero eso no te hace homosexual: la preferencia sexual es una atracción tanto física como psicológica y emocional; una fantasía o un acto de experimentación, por el contrario, suelen resumirse al aspecto físico".