Fases del Alzheimer: cuáles son los síntomas y cómo prevenirlo

El Alzheimer es una enfermedad cerebral degenerativa que causa problemas de memoria, en la forma de pensar y la manera de comportarse. Los primeros síntomas varían de persona a persona y pueden comenzar antes de lo que imaginas. Aquí te contamos cuáles son, que etapas presenta y qué debes saber sobre su prevención.
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Los síntomas del Alzheimer empeoran con el tiempo, aunque la velocidad con la que avanzan varía. En promedio, una persona con Alzheimer vive entre 4 y 8 años tras ser diagnosticada, aunque puede hacerlo hasta por 20 años. Los cambios en el cerebro relacionados con el Alzheimer comienzan años antes de que aparezcan los signos de la enfermedad.
Los problemas de memoria son típicamente uno de los primeros signos de deterioro cognitivo relacionados con el Alzheimer (aunque no todos los olvidos significan que lo padeces). Esta enfermedad no es una forma normal de envejecimiento y puede diferenciarse por etapas, con sus respectivos síntomas. Aquí te las presentamos para que, si tienes sospechas, consultes cuanto antes a un médico:
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Etapas: Temprana

En la etapa temprana del Alzheimer, la persona puede desenvolverse de forma independiente. Es posible que pueda trabajar y participar de actividades rutinarias o sociales. Sin embargo, se pueden padecer episodios puntuales de pérdida de memoria, generalmente olvidando palabras, ubicaciones, o nombres de familiares o amigos.
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Los especialistas informan que los síntomas más comunes de esta etapa son los problemas para encontrar las palabras o nombres correctos, dificultad para recordar nombres nuevos, interactuar o realizar tareas en entornos sociales, olvidar lo que se acaba de ver o leer, traspapelar objetos importantes, y sufrir complicaciones para planificar u organizarse.

Media

También llamado Alzheimer moderado, suele ser la etapa más prolongada, y, a medida que la enfermedad avanza, la persona requerirá un mayor nivel de atención. En este caso se pueden confundir palabras, presentar sentimientos de frustración o enojo, y actuar de forma inesperada. El daño a las células nerviosas puede dificultar expresar pensamientos y realizar tareas cotidianas.
En esta etapa suelen ocurrir problemas para recordar información o eventos personales, confusión sobre fechas o lugares actuales, mayor riesgo de desorientarse o perderse, dificultad para controlar la necesidad de ir al baño, cambios en los patrones de sueño, sentimientos de malhumor, tendencia al aislamiento, delirio y cambios en la personalidad o el comportamiento.
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Final

Las personas pierden la capacidad de responder a su entorno, de llevar adelante una conversación o de controlar los movimientos. Aunque puede pronunciar palabras o frases, la comunicación se torna difícil. A medida que la memoria y las habilidades cognitivas empeoran, es posible que ocurran cambios significativos en la personalidad y necesiten ayuda con las tareas diarias.
En la enfermedad de Alzheimer grave se necesita asistencia todo el tiempo con las actividades diarias y el cuidado personal, se pierde la noción de experiencias recientes y hechos que te rodean, surgen cambios de humor, limitación de las capacidades físicas, problemas para comunicarse y aumenta la vulnerabilidad a ciertas lesiones, por ejemplo, las infecciones virales.

Cuidado con las estafas

Si bien muchas investigaciones científicas se encuentran trabajando para comprender la enfermedad de Alzheimer, no se ha demostrado ninguna cura o tratamiento que pueda revertir el avance de la enfermedad. Esto no detiene a muchos vendedores de productos que ofrecen supuestas curas milagrosas, principalmente a través de Internet.
Sobre este fenómeno de estafas, las autoridades de salud advierten que hasta la fecha no existe un medicamento que sea capaz de combatir el Alzheimer. Por lo tanto, tomar estos productos no solo es un desperdicio de dinero, sino que también pueden hacer que los consumidores tarden en recibir el cuidado y apoyo necesarios para su enfermedad o sufran efectos secundarios.
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Prevención

Los especialistas aseguran que, hasta la fecha, no existe una estrategia probada para prevenir el Alzheimer. Sin embargo, hay evidencia sólida de que varios factores relacionados con un estilo de vida saludable pueden tener un efecto en la reducción del riesgo de padecer esta enfermedad y otros tipos de demencia.
Prevención
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Para favorecer las condiciones de prevención, muchas investigaciones señalan que se halló un menor riesgo de Alzheimer entre las personas que no fuman, controlan su salud cardiovascular, incluyen una alimentación equilibrada y sostenible (vegetales, frutas, ácidos grasos Omega 3, y granos), y estimulan sus habilidades cognitivas.

Fuentes consultadas:

Asociación de Alzheimer, Biblioteca Nacional de Medicina de EE. UU., Centros para el Control y Prevención de Enfermedades, Clínica Mayo, Instituto Nacional de la Salud Mental.
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