La dieta también entra por los ojos

Para que los vegetales se sumaran al festejo de San Valentín, se comercializaron en la tienda Sainsbury’s de Inglaterra. La propuesta era usarlos en una “ensalada romántica”, o ¿por qué no? en una máscara relajante en pareja, aprovechando sus propiedades astringentes.

Dan Ladd es un artista que modela productos de la naturaleza. Utiliza la variedad de zapallo Lagenaria, y cuando la planta larga sus flores, las introduce en un molde y espera a que el vegetal crezca adoptando la nueva forma. La “escultura” se deja secar y se protege con barniz o cera, y tiene la apariencia de una pieza de madera.

Mis Cellania es otra artista de lo natural, y dio forma de maceta a la clásica calabaza de Halloween. A medida que fue creciendo, el vegetal se fue adaptando a sus nuevos límites y al final del verano ya tenía la forma deseada. Para que no se escaparan de su habitáculo, solo bastó con un trozo de cinta engomada

En Japón, tal vez por problemas de espacio o porque son muy ordenados, decidieron crear sandías cúbicas. Así ocupan menos lugar, se pueden apilar, quedan más prolijas en el refrigerador y no ruedan durante su traslado. ¡Precisión oriental!

La idea de las cajas fueron de un agricultor japonés, y originalmente eran de vidrio. Hoy son de policarbonato y se venden tanto en Oriente como en Occidente, para todo el que quiera ser escultor de la naturaleza. Son irrompibles, permiten drenar el agua y reducen el ataque de insectos y plagas.

Las peras también tienen su proceso creativo, ya que Hao Xianzhnag "fabricó” 10,000 de ellas con forma de Buda. El granjero, en un ataque de espiritualidad, tuvo la idea de introducirlas en moldes plásticos y la fruta a medida que iba creciendo se fue adaptando a su forma exterior. Luego de seis años de experimentos y mucho trabajo, planea comercializarlas en Europa.

Toshimichi Boui, un empresario de muebles, también se entretuvo con las sandías y obtuvo unas con forma piramidal. Son cultivadas en una caja de acrílico a plena luz del sol pero como no llegar a madurar totalmente, no tienen mucho sabor. Pero se comen con los ojos.

Los huevos duros no vienen con forma de corazón, pero también se pueden “moldear” . Mientras están tibios, se sujetan con un palillo y dos banditas elásticas, rodeados de un trozo de envase de Tetra-brik o cartón encerado. Se deja enfriar dos horas ¡y ya se puede partir en dos y decorar un plato para darle un toque romántico!

Las fresas naturalmente tienen forma de corazón, pero las Seduberry son perfectas, ya que se crían dentro de un molde antes de completar su proceso de maduración. Las ideó John Engwerda, un estudiante de ingeniería de la Universidad de Melbourne, que las patentó y comenzó a comercializar con éxito en Europa.

La empresa española Zayintec ha desarrollado moldes con forma de estrella y corazón para frutas y hortalizas. Según sugiere, permite obtener vegetales más atractivos para los niños, que tal vez en forma de juego aumenten el consumo de frutas y verduras. Hay moldes para pepino, calabacín, tomate y limón

Los moldes son reutilizables y vienen en distintas longitudes, de material plástico apto para estar en contacto con alimentos. Nada mejor que unos corazones de limón para decorar un trago compartido en pareja...

Los tomates, con su color intenso, son mucho más atractivos con esta forma acorazonada. Se pueden usar para decorar cualquier plato, y crear una ensalada que le ponga un toque romántico a cualquier cena.

El procedimiento es idéntico para todas las variedades que se puedan adaptar. Con forma de estrellas o corazones, la fruta, verdura u hortaliza se rodea con el molde ni bien termina la floración para que vaya creciendo con la nueva forma.