Sentirse agotado y sin reservas de energía al final de una larga jornada laboral o de un día cuidando a los niños es normal. En algunos casos, detrás esa fatiga extrema producto del estrés diario puede estar una afección tan severa que resulta difícil de describir.
Su nombre es Síndrome de Taquicardia Ortostática Postural (POTS, por su sigla en inglés), es una de las causas de la fatiga extrema y no siempre se diagnostica. Tae Chung, especialista en medicina física y neuromuscular y profesor en la Escuela de Medicina de Johns Hopkins University ha profundizado sobre este tema.
¿Cómo sabemos que es POTS y no fatiga?
Las personas con POTS experimentan la fatiga de manera diferente y pueden darse cuenta, por ejemplo, de que su cansancio es más intenso que haber pasado una noche sin dormir. Muchos lo describen como sentirse más allá del agotamiento: es como si tu energía se hubiese acabado completamente.
Las personas con POTS pueden tener problemas para concentrarse y pensar con claridad y hacer tareas simples se siente como si acaban de correr una maratón. Esa fatiga puede aparecer y desaparecer, puede ser diaria o semanal y se manifiesta en cualquier momento, incluso al despertar.
Se trata de un grupo de síntomas que son consecuencia de una disfunción del sistema nervioso autónomo. En las personas con POTS se acumula más sangre en la parte inferior del cuerpo, cuando están de pie, y su corazón late más rápido para bombear, pero con poco éxito.
Además de fatiga, pueden experimentar mareos, náuseas y vómitos, desmayo, aturdimiento, dolor de cabeza, muscular y calambres y sudoración excesiva. Algunas personas sienten como si su corazón estuviera latiendo muy rápido o de forma irregular.
¿Qué causa este síndrome?
Se desconoce su causa, pero se cree que el problema está en la interrupción de la comunicación entre cerebro y sistema cardiovascular. La fatiga que produce es de naturaleza física y el mecanismo detrás de ella no se comprende completamente; podría deberse a que el cuerpo trabaja más para mover la sangre.
No hay factores de riesgo conocidos, pero sí se sabe que se presenta en miembros de una misma familia, por lo que podría tener un componente genético. Algunas investigaciones vinculan el POTS y el síndrome de Ehlers-Danlos, que hace las articulaciones excesivamente flexibles.
Este síndrome suele confundirse con el de fatiga crónica, fibromialgia, trastorno de ansiedad, TDAH, síndrome del intestino irritable, entre otras afecciones. A algunos pacientes también les han dicho que sus síntomas son de origen psicológico. En ocasiones es necesario buscar una segunda o tercera opinión.
¿Cómo se diagnostica?
La detección es difícil. Se debe hacer la prueba de la mesa de inclinación: en una mesa con inclinación de 90° se mide la respuesta del corazón al acostarse o ponerse de pie. Algunas personas con POTS se desmayan durante este examen.
¿Se puede curar el POTS?
No, pero hay formas de abordar los síntomas. Una opción es una dieta que implique aumentar el consumo de sal y agua para que el cuerpo retenga líquidos y aumente el volumen de sangre. Y aunque sea lo que menos provoque hacer, el ejercicio puede ayudar a mantener una buena circulación (prescrito y vigilado de cerca por el médico).
En general, el tratamiento debe adaptarse a los síntomas específicos y condiciones de cada quien, y esto se logra con ayuda de un especialista. Hay tratamientos que funcionan para algunas personas y empeora a otras.