Quizás a simple vista no luzcan apetecibles, pero los insectos representan una alternativa sustentable para la alimentación y la salud. Y es que esconden varias propiedades que los convierten en una de las opciones más viables para resolver algunos de los principales problemas de la humanidad.
Según el profesor de la Facultad de Ciencias de la UNAM Octavio López Riquelme, el consumo de insectos es parte de la herencia y patrimonio cultural de muchos países y representa una respuesta ante los problemas de desnutrición y pobreza alimentaria.
Diversidad de insectos
Uno de los países con amplia tradición y riqueza en el consumo de insectos es México. Se calcula que de las 1,900 variedades de insectos comestibles que se conocen en el mundo, casi la tercera parte de ellas se encuentran en tierras aztecas, de acuerdo con el investigador.
La inclusión de insectos en algunas recetas contemporáneas ofrece la posibilidad de obtener mayor potencial alimenticio. En algunos restaurantes de México se ofrecen pizzas de insectos con chapulines, gusanos de maguey y escamoles (huevecillos inmaduros de las hormigas Liometopum).
Fuente de proteínas y aminoácidos
Para la investigadora del Instituto de Biología de la UNAM, Julieta Ramos-Elorduy, los insectos son una buena fuente de proteínas esenciales. Además aportan aminoácidos que el organismo no puede producir.
Por ejemplo, la Organización de la Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) encontró que comer 100 gramos de saltamontes de patas rojas equivaldría a comerse un huevo entero ya que aporta hasta 160 kilocalorías. Además, contiene pocas grasas saturadas.
Grillos en guisos
En tanto, la ingesta de 150 gramos de grillo de campo aportaría la misma energía que un corte de bistec de ternera, 120 kilocalorías, informa la FAO. Consumir insectos podría traducirse en menos emisiones de gases por efecto invernadero en comparación con lo producido por la industria ganadera.
Comer 100 gramos de hormiga verde tejedora, un tipo de insecto proveniente de Australia, aporta hasta 1,272 calorías, lo que equivale a tener mayor cantidad energética que 100 gramos de lentejas, 100 g de arroz blanco y l00 g de queso manchego juntos. (FAO)
El reto
De acuerdo con la FAO incluir en la dieta el consumo de insectos podría ayudar a revertir los problemas mundiales de alimentación. Se estima que para el 2030 se tendrá que alimentar a más de 9 mil millones de personas así como a miles de animales que son criados anualmente.
Por ahora, el consumo de insectos forma parte de la dieta de alrededor de 2 millones de personas en el mundo. El continente africano y asiático son quienes más consumen estas especies. Incluso, en algunos países se preparan hasta panecillos en base de esta materia prima.