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5 mentiras sobre la pérdida de peso
Por HolaDoctor
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Pinochos de la alimentación
De vez en cuando todos lanzamos una que otra mentira piadosa, pero ¿qué pasa cuando nos mentimos a nosotros mismos sobre nuestra forma de comer? Hacerlo podría desencadenar, además de que nos crezca la nariz, algunos estragos tanto mentales como físicos.
Es una de las mentiras más comunes por las cuales muchos de nosotros ya estaríamos en el infierno. De acuerdo con la nutricionista Cynthia Sass, se ha encontrado que muchos de sus pacientes, lejos de comer porque verdaderamente tienen hambre, lo llegan a hacer por cuestiones emocionales.
En este tipo de situaciones en donde la ansiedad domina la cantidad a comer, Sass recomienda en primer lugar reconocer que existe un desorden alimenticio atribuido a la ansiedad, por lo que podría funcionar llevar un diario de los alimentos que se consumen para así poder limitar la cantidad de alimentos que se llevan a la boca.
De acuerdo con cifras del Instituto Nacional de Salud Mental, los trastornos de ansiedad afectan nada menos que a 40 amillones de adultos estadounidenses de 18 años de edad o más. Cuando se refiere a comer puede llevar a alimentarse desmedidamente ante un evento preocupante o estresante.
De acuerdo con el psicólogo mexicano Enrique Sánchez el estado de ánimo influye en que una persona coma demasiado o no. “Puede ser que están estresados, nerviosos, preocupados, tristes o hasta felices. Son emociones o sensaciones que uno no está consciente de ellas”, señaló.
Con la Ley de Cuidado de Salud a Bajo Precio el tema de la obesidad también se aborda. Hacer frente a este problema a través de la detección y el asesoramiento está cubierta por una prestación de servicios preventivos, pero los planes de salud que se ofrecen variará según la compañía de seguros que se tenga.
Como una disposición de los mandatos de esta ley, la mayoría de las aseguradoras tendrán que intensificar su cobertura de temas de salud relacionados con el peso, de hecho, las personas podrán contar con su seguro de salud aún si su aseguradora no ha cubierto estas cuestiones en el pasado.
Esta problemática resaltó de inmediato cuando recién se elaboró esta iniciativa. Incluso, la Asociación Médica Americana decidió reconocer a la obesidad como una enfermedad que requiere de una serie de intervenciones médicas para el tratamiento y la prevención.
Debido a que el Obamacare no precisa qué es lo que los planes de salud tienen que ofrecer respecto al tratamiento, muchas compañías de seguros han recurrido a los métodos tradicionales para bajar de peso, como terapias y medicación, según han reportado algunos medios.
Debido a este problema en auge que se tiene en Estados Unidos, parte de la Ley de Cuidado de Salud a Bajo Precio incluye realizar pruebas gratuitas para detectar la obesidad sin costo alguno.
Confían en los profesionales
Según la investigadora Donna Ryan del Centro de Investigación Biomédica Pennington en Baton Rouge, los pacientes pierden cantidades significativas de peso cuando trabajan bajo la guía de un profesional, como un dietista especializado o un psicólogo.
“He escuchado esto de muchos clientes”, asegura Sass. Aunque muchas personas no lo noten puede que se estén convirtiendo en bebedores en potencia, ya que según los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) un bebedor crónico es aquel que consume cuatro o más bebidas en un lapso de dos horas.
Para Sass, quizás muchos no noten que han aumentado el consumo de alcohol en su organismo debido a que suelen compararse con la manera en que beben sus demás compañeros, quienes seguramente toman más alcohol.
Efecto dominó
Quizás no lo hayas notado, pero mientras bebes aumentan tus posibilidades de alimentarte más. Por ejemplo, si tomas un sábado por la noche a menudo “conduce a comer más en la cena, seguido de salir a almorzar el domingo y saltarse el gimnasio el lunes por la mañana”, considera la nutricionista Cynthia Sass.
La respuesta es sencilla, pero muy tormentosa para muchas personas: deja de beber. Si reduces tu consumo de alcohol esto puede conducir a que tengas una sensación de estar “más limpio” lo que probablemente te motivará a comer de manera saludable y activa.
3: Como saludable todo el tiempo
Es la mentira del siglo. Quizás para muchas personas al verse delgadas frente el espejo piensen que se están nutriendo de manera ejemplar, sin embargo lo que deberían de hacer sería consultar a un nutriólogo ya que es probable que no estén equilibrando bien su plato al momento de comer.
Los CDC sugieren consumir alimentos que incluyan vegetales, frutas y productos con granos integrales, carnes magras, aves, pescado, guisantes y productos lácteos descremados, beber mucha agua y consumir moderadamente sal, azúcar, alcohol, grasas saturadas y grasas trans.
4: Hago 5 o 6 comidas pequeñas al día
Para Sass, el problema de esta mentira está en que muchas de las personas suelen distorsionar la cantidad de las porciones que comen, lo que hace que confundan una bien servida ración con algo pequeño y por consiguiente consumirán más de lo que sus cuerpos necesitan.
La cuestión no está en evitar hacer varias comidas al día ya que “largos periodos sin comer pueden llevar a un exceso de comida”. Más bien, Sass sugiere planear la cantidad que se va a comer de acuerdo a lo que el cuerpo pide. Así evitarás subir de peso.
5: Como más porque trabajo mucho
Es la mentira más común de los atletas profesionales y de los artistas ya que tienen gran parte de su agenda ocupada; no obstante, algo que ha notado la nutricionista Sass es que debido a las responsabilidades familiares y sociales que tienen, se llegan a descuidar muchos entrenamientos, pero no la manera desmedida en que se come.
La solución para este dilema es sencilla. En lugar de seguir la misma alimentación todos los días, lo más recomendable es establecer un plan de nutrición para cada día, dependiendo del tipo de actividades que se van a realizar.
Tip para comedores desmedidos
“No soy partidaria de contar calorías, pero si piensas que el comer demasiado puede ser un problema, hacer un inventario para un día o dos ayuda a tener un poco de perspectiva”, sugiere Sass.