Oficiales del centro de salud confirmaron el nacimiento de una niña, tras 36 semanas de gestación.
El doctor Manny Alvarez dijo al periódico USA Today que la mamá —de 31 años y de la cual aún no se ha dicho su nombre— había llegado recientemente de Honduras y fue ingresada en una unidad de alto riesgo, para monitorear de cerca el embarazo.
En su país, la mujer sólo desarrolló algunos síntomas de zika, pero no tuvo un diagnóstico certero.
Como el feto presentaba problemas en el desarrollo, los médicos decidieron inducir el parto.
La beba nació con señales de microcefalia severa, y también con problemas intestinales y visuales.
Desde que el virus del Zika comenzó a propagarse en Latinoamérica con una rapidez alarmante, autoridades de salud han observado un aumento de nacimientos de bebés con microcefalia. En todos los casos, las madres contrajeron la infección y la trasmitieron al feto durante el embarazo.
La microcefalia es una rara condición genética por la cual se nace con una cabeza notoriamente más pequeña de lo normal. El crecimiento del cráneo está determinado por el del cerebro, el cual tiene lugar en el útero y durante la lactancia, según explica la biblioteca de medicina A.D.A.M.
Los científicos están investigando la relación causal entre embarazadas infectadas con el virus del Zika y microcefalia. Mientras, la observación epidemiológica está viendo un alarmante aumento de casos de bebés que nacen con esta condición en zonas en donde el virus se está propagando.
En Brasil pasaron de ser unos 150 diagnósticos en años previos a más de 4,000 en los últimos meses, según datos del Ministerio de Salud.
Al principio la comunidad científica se mostró algo escéptica sobre la correlación entre el virus del Zika y más bebés con microcefalia, pero el registro epidemiológico es un hecho. El doctor Mauricio Lacerda Nogueira, de la Facultad de Medicina de Sao Jose Rio Preto, en Brasil, dijo haber encontrado rastros genéticos del virus en el líquido amniótico de madres de al menos dos bebés que nacieron con la condición.
La situación epidémica se complicó al confirmarse la posibilidad de contraer el virus a través de relaciones sexuales.
Con la llegada del verano y las altas temperaturas, además del movimiento de viajeros, la llegada del zika a Estados Unidos continental es un hecho cercano, según los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC).