Los CDC informan que los adultos de 50 años y más con VIH representan el 24 por ciento de las personas que viven con el virus hoy en día en el país.
Según informa un artículo publicado en la revista de la Asociación Internacional de Sida esta tendencia que es global obliga a pensar en nuevas estrategias de cuidado de salud para atender las necesidades de los adultos mayores seropositivos.
La razón por la cual el VIH está impactando en los adultos mayores tiene, según expertos, razones diversas y complejas. Pero tal vez la principal, aseguran los CDC, es que se trata de una generación cuya vida sexual no estuvo ligada al uso del condón.
Además, medicamentos como el Viagra lograron en las últimas dos décadas extender la vida sexual de miles de hombres; y, por otro lado, muchas mujeres en su menopausia tampoco creen que es necesario protegerse porque de cualquier forma ya no hay riesgo de embarazo.
Esta explosiva combinación de factores hace que el VIH se esté propagando en una población que, además, ya tiene a causa de la edad otras condiciones crónicas que complican aún más el cuadro clínico.
Aunque entre estos nuevos diagnósticos en adultos mayores hay más personas heterosexuales y más mujeres, en general, la ruta del virus sigue la misma lógica para todos los grupos independientemente de la edad: afecta a hombres que tienen sexo con hombres y usuarios con drogas intravenosas en mayor proporción.
Sin embargo, la gran diferencia para este grupo es el enorme impacto de recibir un diagnóstico de VIH en el otoño de la vida. En el caso de parejas estables, significa tomar conciencia de que el esposo/esposa tuvo relaciones sexuales sin protección con otra persona; en el caso de viudos o divorciados, darse cuenta del costo a todo nivel de no usar condón.
En la otra vereda, los médicos raramente piensan en incorporar preguntas sobre sexualidad y VIH en las citas de rutina con adultos mayores.
En una entrevista con The Washington Post, la investigadora Amy C. Justice, del International Research on AIDS de la Universidad de Yale, contó la anécdota de un paciente de 60 años, casado, que fue al médico en el Yale-New Haven Hospital. Aunque sus síntomas eran consistentes con la infección por VIH, tomó más de 18 meses hasta que los proveedores de salud pensaron en hacerle la prueba. El hombre era seropositivo.
Según indica el sitio federal aids.gov, nunca es tarde para comenzar un tratamiento, no importa a la edad en que se reciba el diagnóstico. De hecho, remarcan que en este caso, la edad ayuda: las personas de más de 50 seguramente ya tomen algunos medicamentos de manera regular, con lo cual no les cuesta incorporar una píldora más, logrando mayor adherencia al tratamiento contra el VIH.
De acuerdo con información de los CDC, en el país hay 1.2 millones de personas que viven con VIH, pero de ellas una de cada ocho no sabe que está infectada.
Cada año, ocurren alrededor de 44.000 nuevas infecciones.
Frenar la cadena de contagio es crítico para detener el avance del virus y, eventualmente, llegar a erradicarlo.