Los científicos modificaron genéticamente las células del sistema inmunológico, en laboratorio. Y lograron que las mismas células que "abren la puerta al virus del Sida" se conviertan en una fortaleza: con este cambio de genes evitan por completo que el VIH las infecte.
Si esta técnica logra probarse con éxito en humanos sería una fantástica alternativa, ya sea terapéutica —para tratar a una persona que porte el VIH con el fin de detener el avance del virus en el organismo—; o para ser utilizada de manera preventiva en personas sanas y volverlas resistentes al virus.
Los científicos dicen que incluso sería un revolucionario avance hacia una vida sin medicación para los personas que viven con VIH/Sida.
El VIH suele tener enorme éxito cuando entra a un organismo. Y esto ocurre justamente porque logran entrar en las llamadas "células T", del sistema inmune, haciendo colapsar la maquinaria defensiva del cuerpo humano.
Y logran esto gracias a dos moléculas de nombres complejos —CCR5 y CXCR4— que son las que dejan pasar al VIH y le ponen una alfombra roja hacia el interior de las células del sistema inmune.
Algunas de las drogas que se utilizan para tratar la infección por VIH actúan sobre esas moléculas. Pero no logran reprogramarlas para que se vuelvan enemigas del VIH.
Y justamente esto es lo que lograron los investigadores de Stanford. Ellos irrumpieron en las moléculas CCR5 y CXCR4, alterándolas genéticamente con dos genes que protegen contra el VIH.
El resultado: una nueva célula inmune. Súper resistente al virus del Sida.
El estudio, publicado en la revista "Molecular Therapy", asegura que esta técnica es lo más prometedor que ha aparecido para luchar contra el Sida en los últimos tiempos. ¿Por qué? Pues porque ofrecería ayuda a muchísima gente: a personas que no tienen el virus y quieren inmunizarse contra él; y a personas con VIH para estabilizar el virus en el organismo y, junto con las drogas, mantener crónica la infección, sin riesgo de desarrollar Sida.
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