Una madre del estado de Michigan fue sentenciada a siete días de prisión luego de rechazar una sentencia judicial que le ordenaba vacunar a su hijo de nueve años.
“Vacunar a mi hijo iría en contra de mi religión. Esto se trata del derecho a decidir. De elección. De poder elegir las opciones médicas con respecto a mis hijos”, dijo Rebecca Bredow al periódico The Washington Post.
La madre fue demandada por su ex marido en noviembre pasado y desde entonces no procedió con la vacunación de su hijo. El plazo límite se cumplió ayer.
En la actualidad, en los Estados Unidos todos los estados requieren que antes de entrar a la escuela, los niños reciban vacunas para ciertas enfermedades, la inmunización requerida varía de un estado a otro. Se permiten diversas exenciones, dependiendo de los reglamentos locales y estatales. Casi veinte estados, incluyendo Michigan, proporcionan exención por motivos religiosos y personales. Sólo tres, California, Mississippi y Virginia Occidental, no permiten exenciones no médicas.
Razones
En general, los padres que retrasan o rechazan las vacunas para sus hijos lo hacen por una serie de razones, incluyendo creencias religiosas, personales y filosóficas, preocupaciones por la seguridad y un deseo de más información de los proveedores de salud, de acuerdo con una investigación del año 2016 publicada en el Journal of Pediatric Pharmacology and Therapeutics.
Por su parte, la Asociación Médica Americana (AMA) emitió un comunicado en 2015 donde claramente apoya las recomendaciones de la Academia Americana de Pediatría (AAP) y el Comité Asesor sobre Prácticas de Inmunización de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) sobre la importancia de las vacunas para controlar enfermedades en los Estados Unidos, como el sarampión, las paperas y la rubéola para niños.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) destaca constantemente que la vacunación salva millones de vidas y en todo el mundo se la reconoce ampliamente como una de las intervenciones de salud que da mejores resultados. Al día de hoy sigue habiendo en el mundo 19,4 millones de niños sin vacunar o insuficientemente vacunados.
Movimiento antivacunas
Un creciente movimiento anti-vacunación comenzó en 1998 cuando una revista médica publicó un estudio, ahora desacreditado, vinculando la vacunación con el autismo.
Según se pudo determinar, el estudio que suscitó inquietud acerca de un posible vínculo entre la vacuna contra el sarampión, la parotiditis y la rubéola, por un lado, y el autismo, por otro, contenía graves irregularidades, por lo que la publicación que lo divulgó lo retiró. Lamentablemente, su divulgación despertó temores que provocaron una disminución en las tasas de inmunización y los subsiguientes brotes de esas enfermedades. No existen pruebas científicas de una relación entre esa vacuna y el autismo o trastornos autistas, aclara la OMS.