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El esperma podría ayudar a los diabéticos

Un grupo de investigadores de la Universidad de Georgetown ha descubierto a través de experimentos una alternativa para producir insulina para los diabéticos. Aunque todavía no es aplicable a los seres humanos, la noticia no deja de sorprender al mundo de la medicina y la ciencia, ya que la insulina ha sido obtenida a partir de células que normalmente producen esperma. Tras trasplantarlas, las células curaron brevemente a ratones que tenían diabetes tipo 1.

"La meta es lograr que estas células produzcan suficiente insulina para curar la diabetes. Estas células aún no segregan suficiente insulina para curar la diabetes en humanos", advirtió el investigador principal del estudio G. Ian Gallicano, profesor asociado del Bioquímica y Biología Molecular y Celular, y director del Centro Transgénico Nuclear del Centro Médico de la Universidad de Georgetown en Washington, D.C.

El esperma podría ayudar a los diabéticos

Puntos clave

Gallicano y sus colegas presentaron sus hallazgos en la reunión anual de la Sociedad Estadounidense de Biología Celular, en Filadelfia.

Se cree que la diabetes tipo 1 es una enfermedad autoinmune en la que el organismo ataca y destruye por error a las células beta del páncreas, que producen insulina. Debido a esto, los pacientes de diabetes tipo 1 dependen de inyecciones de insulina para procesar los alimentos que consumen. Sin la insulina adicional, las personas que sufren de diabetes tipo 1 no podrían sobrevivir.

Los médicos han tenido cierto éxito con trasplantes de páncreas, y con trasplantes de células beta pancreáticas (también conocidas como células insulares). Sin embargo, estos tipos de trasplantes plantean varios problemas. Uno es que, al igual que con cualquier trasplante, cuando el material trasplantado proviene de un donante, el organismo considera que el nuevo tejido es extraño e intenta destruirlo. Los trasplantes requieren fármacos inmunosupresores. El otro problema es que el ataque autoinmune que destruyó las células beta originales puede destruir las células recién trasplantadas.

Un beneficio de la técnica desarrollada por Gallicano y su equipo es que las células provienen de la misma persona en la que serán trasplantadas, de forma que el cuerpo no las considerará como extrañas.

Los investigadores utilizaron células espermatogoniales, extraídas de los testículos de donantes fallecidos de órganos humanos. Según Gallicano, la función de estas células en los testículos es producir esperma. Sin embargo, fuera de los testículos las células se comportan de forma muy similar a los óvulos humanos, y hay ciertos genes que las activan y las hacen comportarse como células madre embrionarias, apuntó.

"Una vez se sacan de su nicho, los genes están preparados y listos para la carrera", explicó.

Tras sacar las células espermatogoniales de los testículos, los investigadores las colocaron en un medio especial. Según Gallicano, es allí donde las células reciben instrucciones "químicas" para desarrollarse en células parecidas a las betas. En otras investigaciones que intentan crear células productoras de insulina, como con células pluripotentes inducidas, los investigadores deben insertar genes externos para lograr que las células se comporten como células madre. Esos genes externos tienen el potencial de llevar a problemas adicionales, como crear cáncer.

Una vez se logró que las células produjeran insulina, los investigadores las trasplantaron en ratones. El resultado: los niveles de azúcar en sangre se redujeron durante alrededor de una semana en los ratones, esencialmente curándolos de diabetes durante un breve periodo, contó Gallicano.

Dijo que espera que al trasplantar las células en distintas áreas del cuerpo los investigadores puedan lograr un control más prolongado de la glucemia.

Gallicano señaló que el único efecto secundario preocupante fue un cierto tipo de tumor llamado teratoma. Pero dijo que parece que con estas células tal vez se tome un número significativamente mayor de células trasplantadas antes de que potencialmente se pueda crear un tumor.

Los fondos del estudio provinieron de la Asociación Estadounidense de la Diabetes, el Centro Médico de la Universidad de Georgetown y donantes privados.

"Este estudio es un paso positivo, pero aún hay un riesgo de teratomas, y la autoinmunidad podría destruir las nuevas células productoras de insulina", comentó un experto, el Dr. Camillo Ricordi, director científico del Instituto de Investigación de la Diabetes en Hollywood, Florida. "Y la otra limitación es que sólo es para hombres, no para mujeres".

Pero tal vez la mayor preocupación al reemplazar las células betas es el potencial de causar una glucemia peligrosamente baja, dijo Riccordi. En las personas que sufren de diabetes tipo 1 se destruyen las células beta y alfa, y las células alfa producen glucagón, una hormona que aumenta los niveles de azúcar en sangre en el organismo cuando bajan demasiado. Si los investigadores sólo reemplazan las células beta que producen insulina, pero no las alfa, existe el potencial de causar niveles bajos de azúcar en sangre, que también puede resultar letal.

Aún así, "es importante explorar todas las avenidas en la investigación de la diabetes", dijo Riccordi, "porque lo que aprendemos en un área podría resultar útil en otras. Pero no se debe colocar demasiadas esperanzas ni expectativas en un área".

Más información

Para más información sobre la diabetes tipo 1, visite la Asociación Estadounidense de Diabetes.


Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor

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