Mujeres: ¡aprendan a manejar sus sentimientos!

La emocionalidad de las mujeres, muchas veces vista como un signo de debilidad o enfermedad, es sobre todo una señal de salud una fuente de poder, dicen los expertos y aseguran que lejos de intentar aplacar sus sentimientos y emociones, esa capacidad emocional deberían ser consideradas un factor de poder. 

"Aprendimos a pedir perdón por nuestras lágrimas, a anular nuestro enojo y a tener miedo de que nos llamen histéricas", escribió en una columna la psiquiatra estadounidense Julie Holland, quien ha escrito el libro con el sugestivo título “Moody Bitches: The Truth About the Drugs You’re Taking, the Sleep You’re Missing, the Sex You’re Not Having, and What’s Really Making You Crazy” que habla de que el mal humor y la inestabilidad emocional de las mujeres. 

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En Estados Unidos, se calcula que una de cada 4 mujeres en Estados Unidos toma medicación psiquiátrica, comparado con uno de cada 7 hombres. Según datos de los Centros de Control y Prevención de Enfermedades, el 23% de ls mujeres entre 40 y 59 años toman antidepresivos. 

Estas medicinas que intentan mitigar síntomas como ansiedad o depresión y muchas veces son recetadas por médicos de otras especialidades. En las mujeres, hay cambios de humor y temperamento asociados con temas hormonales. Mucho se suele hablar del PMS, o síndrome pre menstrual para explicar muchos de estos problemas emocionales o insatisfacción de las mujeres ciertos días al mes y es un verdadero desafío tanto para ellas como para sus parejas muchas veces lidiar con ese "período pre-período". 

Ocasionalmente, todos nos sentimos melancólicos o tristes en algún momento, pero estos sentimientos, por lo general, son pasajeros y desaparecen con los días. Ahora bien, cuando hablamos de depresión como enfermedad, hablamos de personas en que esos sentimientos de tristeza interfieren con la vida diaria y el desempeño normal. 

La depresión afecta tanto a los hombres como a las mujeres, pero las mujeres tienen más probabilidades de que se les diagnostique, quizás por esto de que se conectan más con sus sentimientos, dice la experta.

¿Cómo funcionan los antidepresivos? 

Se trata de medicamentos que normalizan las sustancias químicas del cerebro que se producen naturalmente en el mismo, llamadas neurotransmisores, especialmente la serotonina y norepinefrina. Otros antidepresivos trabajan en el neurotransmisor dopamina. 

Todas esas sustancias participan en la regulación del estado de ánimo, sin embargo, según explica el Instituto Nacional de Salud Mental (NIMH), los expertos no están seguros sobre la forma exacta en que trabajarían estas sustancias. Los tipos de antidepresivos más populares son los llamados inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina o ISRS e incluyen: Fluoxe, a (Prozac), Citalopram (Celexa), Sertralina (Zoloft), Paroxetina (Paxil), Escitalopram (Lexapro), Fluvozamina (Luvox). 

Pero estos medicamentos tienen sus efectos secundarios como la falta de interés en el sexo, el aumento de peso y en muchas personas, se da también como un efecto un tanto anestesiante, es decir, reportan sentir menos empatía, enojo, estar menos creativos y hasta una cierta dificultad para expresar sus sentimientos. 

Según el NIMH los efectos secundarios más comunes asociados con los ISRS e IRSN son los siguientes: Dolor de cabeza: generalmente es temporal y luego desaparece, náuseas: son temporales y generalmente de corta duración, insomnio y nerviosismo (dificultad para dormir o despertar con frecuencia durante la noche): pueden ocurrir durante las primeras semanas pero generalmente desaparecen con el tiempo o si se reduce la dosis, agitación (por ejemplo, sentirse inquieto y ansioso), problemas sexuales: las mujeres pueden padecer problemas sexuales incluyendo disminución del deseo sexual y problemas para tener relaciones sexuales o disfrutar de ellas. 

Uno de los problemas es que si los niveles de serotonina están elevados en forma artificial y permanente, las fluctuaciones naturales de las mujeres pueden ser mitigadas pero puede haber consecuencias y sentir algunos cambios en su personalidad. 

Es por eso, que algunos especialistas hacen hincapié en la importancia del diagnóstico, de saber cuándo se trata de tristeza y cuándo de un verdadero cuadro depresivo. "Necesitamos dejar de ver a la ansiedad y a la tristeza como síntomas incomodantes y debemos apreciarlos como signos saludables, parte de nuestra biología adaptativa", agrega Holland.