Un sistema inmunitario robusto es el santo grial de la buena salud: combatiendo infecciones, ayudándonos a recuperarnos de lesiones y reduciendo la probabilidad de un problema serio como la culebrilla, e incluso el cáncer.
Este complejo sistema de moléculas, células, tejidos y órganos generalmente opera de forma bastante eficiente, considerando el alud de ataques de microbios, contaminantes y otras sustancias y situaciones que tiene que soportar diariamente (este año la "estrella" ha sido el coronavirus)
Ahora bien, qué se puede hacer para que el sistema inmune funcione fantástico. Es un concepto que los inmunólogos (expertos en el sistema inmune) todavía discuten. ¿La meta debe ser potenciar, fortalecer, el sistema inmune? ¿O mantenerlo balanceado?
Un poco de las dos cosas, acuerdan.
¿Qué es el sistema inmune (o inmunitario)
Con frecuencia se cita al sistema inmune en artículos de salud y científicos, pero pocas veces se explica qué es. Muchos creen que es como una entidad etérea que atrapa a los microorganismos enemigos en una especie de limbo.
En realidad no es una unidad individual, sino una compleja red de células, tejidos y órganos que ayudan al cuerpo a combatir infecciones y otras enfermedades.
Cuando gérmenes como bacterias o virus invaden el cuerpo humano, el objetivo es atacarlo y multiplicarse. Este proceso se denomina infección. La infección genera distintas enfermedades.
El sistema inmune puede o bien prevenir que el microorganismo infecte el organismo, o actuar para eliminarlo una vez que está dentro.
¿Cuáles son las partes del sistema inmunológico?
El sistema inmunológico está compuesto por distintas partes:
La piel. Puede ayudar a evitar que los gérmenes entren en el cuerpo.
Membranas mucosas. Revestimientos internos húmedos de algunos órganos y cavidades corporales. Producen moco y otras sustancias que pueden atrapar y combatir los gérmenes.
Glóbulos blancos. Células que matan a los gérmenes.
Órganos y tejidos del sistema linfático. Como el timo, el bazo, las amígdalas, los ganglios linfáticos, los vasos linfáticos y la médula ósea. Producen, almacenan y transportan glóbulos blancos.
¿Cómo funciona el sistema inmune?
El sistema inmune defiende al cuerpo contra sustancias que considera dañinas o extrañas.
Estas sustancias se denominan antígenos. Pueden ser gérmenes como bacterias y virus, sustancias químicas o toxinas. También podrían ser células dañadas por el cáncer o por quemaduras por exposición al sol.
Cuando el sistema inmune reconoce un antígeno, lo ataca. A esto se le llama respuesta inmune. Parte de esta respuesta es producir anticuerpos. Los anticuerpos son proteínas que actúan para atacar, debilitar y destruir antígenos.
El organismo también produce otras células para combatir el antígeno.
Luego de esta batalla, al sistema inmune le queda una memoria. Por eso, posteriormente, si vuelve a ver el antígeno, puede reconocerlo. Entonces, enviará rápidamente los anticuerpos correctos, por lo que en la mayoría de los casos, la persona no vuelve a enfermarse. Esta protección contra una determinada enfermedad se llama inmunidad.
Sistema inmune y edad
A medida que envejecemos, el sistema inmune se debilita y "produce menos linfocitos, que son células especializadas que ayudan al cuerpo a reconocer y eliminar a los invasores", señala en un estudio el doctor Janko Nikolich-Zugich, del departamento de inmunobiología de la Universidad de Arizona en Tucson.
Por eso, poco a poco nos volvemos más propensos a las infecciones (las personas mayores de 65 años representan entre el 80 y el 90% de los fallecimientos relacionados con la influenza en los Estados Unidos) y nos recuperamos más lentamente de las heridas, incluyendo las que son resultado de cirugías.
A lo largo de los años, innumerables suplementos alimenticios, remedios alternativos, como la kombucha, un té fermentado, y alimentos como los hongos y ostiones se han promovido como refuerzos para el sistema inmunitario. De hecho, más de 1,000 suplementos de venta actualmente en el mercado en los Estados Unidos se atribuyen un efecto positivo sobre las defensas del cuerpo.
Entonces, ¿qué puedes hacer para ayudar a conservar la salud a medida que tu sistema inmunológico se deteriora de manera natural? "La fortaleza del sistema inmunitario está asociada con un estilo de vida saludable, ejercicio, buena alimentación y descanso suficiente", opina Nikolich-Zugich. Algunas sorprendentes estrategias para mejorar el estado de ánimo también pueden hacer una diferencia.
Come de manera inteligente
Busca la variedad en tu dieta. "Para un funcionamiento óptimo, nuestro sistema inmunológico depende de que tengamos todos los nutrientes esenciales en el equilibrio correcto", indicó el doctor Walter Willett, profesor de Epidemiología de la Nutrición en la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Harvard.
Por ejemplo, las personas cuyas dietas son bajas en hierro, selenio, vitaminas A, C y D, y muchas de las vitaminas B tienen menos glóbulos blancos, que son la primera línea de defensa de nuestro sistema inmunitario contra las enfermedades.
Y los pocos glóbulos blancos que tienen pueden estar menos activos. Para garantizar que estés obteniendo lo que necesitas, intenta consumir todos los tipos y colores de frutas y verduras que puedas, junto con granos integrales, proteínas magras, lácteos bajos en grasas y aceites saludables. (Puedes encontrar más información en el sitio del gobierno federal de los Estados Unidos choosemyplate.gov/about).
Consume alcohol solo en cantidades moderadas. Si bien una cantidad pequeña de alcohol parece mejorar la respuesta inmunitaria, un exceso "apaga los genes que nos ayudan a defendernos de microbios y enciende los genes que nos hacen vulnerables", dijo la doctora Ilhem Messaoudi, profesora asociada de ciencias biomédicas en la Universidad de California en Irvine.
En un estudio en la revista Alcohol de 2016, quienes beben compulsivamente (mujeres que consumieron 4 bebidas en 2 horas u hombres que consumieron 5 tragos) presentaron menos células destructoras naturales, que son las que combaten las enfermedades. También tuvieron niveles más elevados de células que fomentan una menor actividad del sistema inmunológico. ¿Qué significa moderado? Una bebida al día para las mujeres o 2 para los hombres.
Considera tomar un suplemento de vitamina D
Dado que en estudios se ha demostrado que la vitamina D juega un papel importante en el sistema inmunitario y los adultos mayores están en riesgo de presentar deficiencia de ella, un suplemento diario de 800 unidades internacionales (IU, por sus siglas en inglés) podría ser útil. Sin embargo, evita los suplementos de otros nutrientes a menos que te hayan diagnosticado una deficiencia y que tu médico te los haya recetado.
No tomes dosis enormes de suplementos. Las dosis altas de suplementos como la vitamina A, el hierro y otras, de hecho pueden afectar al sistema inmunológico. Por ejemplo, para la mayoría de los adultos, más de 400 microgramos por día de folato, o vitamina B, pueden afectar a las células destructoras naturales. Y si bien podemos tener algo de dificultad para obtener suficiente zinc de nuestras dietas (así como problemas para absorberlo adecuadamente conforme envejecemos) 100 miligramos o más al día de este elemento pueden debilitar el sistema inmunológico.
Fuentes: CDC, MedlinePlus, estudios científicos, citas.