Por qué necesitamos vacunas

La inmunización o vacunación es otro ejemplo de prevención de enfermedades. Muchos países y organizaciones promueven el uso de esquemas de vacunación, ya que se considera una intervención de bajo costo y relativamente poco invasiva, que disminuye de manera considerable la incidencia de enfermedades transmisibles.

Muchas de las vacunas son sustancias biológicas que mejoran la inmunidad de nuestro cuerpo hacia microorganismos como el rotavirus y el neumococo. 

Por qué necesitamos vacunas
Inmunización, clave para la prevención de muchas enfermedades. | Foto: GETTY IMAGES

Las vacunas suelen contener partículas parecidas a las de los microorganismos causantes de dichas enfermedades, al ser inyectadas estas partículas generan una respuesta en nuestro cuerpo que es dirigida y memorizada por el sistema inmune para así destruir al organismo en el momento que entra en contacto con el individuo.

La World Health Organization (WHO) ha establecido que a pesar de salvar un estimado de 2 a 3 millones de vidas al año la inmunización global podría salvar 1.5 millones más. 

Algunas de las enfermedades de las que protegen las vacunas son la hepatitis B, la tos ferina (whooping cough), la diarrea por rotavirus, la neumonía, la meningitis, el sarampión y la rubéola, entre otras.

La tan esperada vacuna de COVID-19, en sus distintos tipos, ha logrado una protección del 60 al 95 por ciento del virus SARS-CoV-2, responsable de más de 200 millones de casos de COVID en todo el mundo. 

 La disminución de más del 50% en la incidencia de cáncer cervicouterino con una intervención temprana y preventiva como el test de papanicolau es un claro ejemplo de los resultados que pueden obtenerse mediante la prevención primaria, la cual consiste en tratar la enfermedad antes de que se presente. 

Muchas veces podemos pensar que la vacunación es una tarea tediosa y puede molestar a adultos y menores de edad, y también muchas personas cuestionan su seguridad. 

Pero la Organización Mundial de la Salud y agencias sanitarias de todo el mundo, como los  CDC, han investigado y reportado que las vacunas  son seguras. En todos los casos, los efectos secundarios que algunas pueden ocasionar son leves y de corta duración. Negar y rechazar esta forma de prevención es optar por la enfermedad y, en muchos casos, la muerte.


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