Durante su época escolar Kay Browning era una niña llena de pecas y con un largo cabello rojizo. Hoy se siente varón, es transgénero, lleva la cabeza rapada, tatuajes y piercings.
En julio de 2014 visitó el bar Remedies en Devon, Inglaterra, para festejar el cumpleaños de un amigo. En un momento se dirigió al sanitario de hombres pero el portero le pidió que se fuera de allí y que usara el de discapacitados.
“Fue algo ofensivo desde varios puntos de vista. Arruinó mi noche, tanto que me fui del lugar sin saludar a mis amigos. Me siento constantemente juzgado por ser transgénero. Esto ya fue suficiente, es tiempo de que la gente se entere de lo que es vivir en mis zapatos”, declaró con pesar el joven de 24 años (foto abajo).
A raíz del incidente decidió iniciar acciones legales y luego de varios encuentros, el director de la firma Greendale Leisure Ltd, dueña del bar Remedies, resolvió reparar su falta. A comienzos de marzo de 2015 otorgó a Kay una compensación de $22,000 dólares y la autorización para utilizar el sanitario de hombres en todos los locales de la empresa.
Tras la resolución del conflicto, el transgénero declaró: “Sería más feliz si estas cosas no pasaran, pero estoy aliviado de que todo se haya tratado en forma profesional. Además espero haber fijado un hito para la transcultura”. Kay expresó su deseo de estrechar las manos con los dueños del lugar y lograr que puedan cambiar para adaptarse a los tiempos que corren.
Alec Carter, director de la empresa, declaró que el personal del lugar ya recibió un entrenamiento integral para poder abarcar las necesidades de sus clientes. Mientras tanto, desde el momento del incidente, Kay organizó una cruzada en pos de la igualdad y participó en varios documentales y eventos para crear conciencia sobre cuestiones relacionada con las lesbianas, gays y transgéneros.
Gobierno y discriminaciòn
El organismo HealthyPeople.gov dependiente de la Oficina de Prevención de las Enfermedades y Promoción de la Salud de EE.UU. informa que según surge de las investigaciones, las lesbianas, gays, bisexuales y transgéneros - englobados bajo la sigla LGBT- soportan discriminación a diario. La misma se vincula con el estigma social, la segregación y la negación de derechos civiles y humanos.
Como consecuencia de estas diferencias hay una alta tasa de desórdenes psiquiátricos, abuso de sustancias y suicidio en esta población y también son frecuentes los episodios de violencia y victimización con consecuencias permanentes, tanto en estos individuos como en la comunidad.
Por todo la entidad resalta que es necesario fomentar la aceptación personal, familiar y social de la orientación sexual e identidad de género de todos los LGBT, para evitar que afecte su salud mental y seguridad personal.