En China y Japón, la producción de muñecas sexuales se está convirtiendo en una industria millonaria. Es que cada vez más hombres eligen una compañera de silicona para tener relaciones sexuales.
Las compañías, prestas a ganar mercado, están obsesionadas con el realismo, a tal punto que una marca, Orient Industry, dice en su publicidad que cualquier hombre que compre una de sus muñecas, nunca va a querer una novia o esposa real de nuevo.
La idea de tener un juguete sexual de este tipo, en realidad puede esconder un gran problema en un hombre. "Yo diría que tienen dificultades para conectarse con el otro, para establecer un compromiso, tienen temor de encarar un vínculo real, con todo lo que eso implica" dijo Alicia Lacal, Psicóloga de la Universidad de Buenos Aires, en Argentina.
Las primeras muñecas inflables eran de plástico y tenían un orificio para inflarlas y otro para tener relaciones sexuales, pero las que se venden ahora son espeluznantemente reales: tienen una piel suave, mirada casi humana, voz, medidas similares a las de la mujer, senos a gusto, orificios vaginales, anales, clítoris, todo un combo de placer.
Y por supuesto, mil estilos diferentes, estudiantes, bailarinas, amas de casa, lo que los lleva a pensar que pueden comprar a la mujer de sus sueños, alguien que nunca pedirá nada a cambio.
¿Es enfermizo tener una muñeca sexual? Por supuesto, dice la psicóloga Lacal, "tiene que ver con una cuestión narcisista de darse placer y nada más, de satisfacer una necesidad orgásmica sin conectarse con otra persona. El hombre cree que puede de esta manera cumplir sus deseos y tener a la mujer ideal que no le pide nada a cambio, sin embargo, esta fantasía puede dejarle el gran vacío, el vacío de que no hay un otro con quien relacionarse".
Al consultarle por qué más hombres que mujeres compran muñecos sexuales, la especialista en salud mental cree que por una cuestión de diferencias acerca de cómo funciona la sexualidad masculina y la femenina.
Las mujeres tienen una estructura de la sexualidad que va más allá de lo biológico, necesitan conectarse con el otro, y además, "mientras que ellos gozan del acto sexual en sí mismo, la mujer necesita más juegos y excitación previa, algo que los muñecos no pueden darle" expresó Lacal.
¿Iniciación sexual con una muñeca?
Podemos considerar a este tipo de muñeca como un objeto sexual simbólico que fue fabricado especialmente para excitar sexualmente, pero “puede ser analizada desde múltiples significaciones de acuerdo a la sexualidad de cada una de las personas” dijo la Psicóloga Verónica Vaccari, de la Universidad de Buenos Aires, en Argentina.
Por ejemplo, a veces funciona como un objeto de exploración en la transición hacia una sexualidad adulta (en la etapa adolescente) que logre incluir a otro sujeto en el encuentro sexual, con las ansiedades y temores que esto despierta -a no gustar, a no poder, a ser juzgado- y la ansiedad se calma al tener el control sobre el objeto (muñeca).
Ella también cree que puede si no se puede salir de esta modalidad y “la vida erótica queda fijada a la muñeca como único objeto de satisfacción, limita seriamente el desarrollo de una sexualidad plena. Suele suceder que por culpa o vergüenza, muchos hombres tienen problemas y no consultan a un profesional” finalizó Vaccari.