El sueño ideal de muchas personas con problemas de obesidad es bajar de peso y mejorar su imagen corporal sin realizar esfuerzo alguno (físico ni mental), por ello las “soluciones mágicas” han proliferado de manera alarmante en los últimos tiempos. Pero, ¡cuidado!, porque los costos suelen ser muy altos.
A pesar de que hoy en día existen en el mercado una infinidad de productos y de servicios que prometen “soluciones mágicas”, ninguno de ellos logra eliminar el problema de manera definitiva ya que no lo atacan de raíz.
Si la obesidad es principalmente consecuencia de los malos hábitos de alimentación y del sedentarismo, la solución no está en un medicamento para quitar el hambre y tampoco en la cirugía.
La mayoría de estos productos o servicios tienen efectos secundarios (o de “rebote”), algunos tan graves que pueden poner en riesgo la vida de quien los utiliza, además de ser económicamente muy costosos.
La verdadera solución está, definitivamente, en modificar nuestros hábitos de alimentación (lo que no necesariamente implica eliminar los alimentos que nos gustan, sino controlar las porciones) y en incrementar nuestra actividad física.
Independientemente de la causa del sobrepeso, hay tres factores claves para controlarlo:
• Hábitos de alimentación
• Actividad física
• Conducta
El primer paso es la actitud para poder empezar a hacer modificaciones tanto en tus hábitos de alimentación como en tu actividad física.
Si realizas los cambios necesarios en estos tres aspectos de tu vida, tendrás más probabilidades de alcanzar tu meta de control de peso y de mantenerla.
Los siguientes links te ayudarán a guiarte dentro de tu plan: