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Día 5. Evita el rebote

Con frecuencia oímos el término “rebote” para describir lo que pasa cuando abandonamos una dieta y recuperamos rápidamente el peso perdido.

La explicación para esos rebotes la encontramos en que las dietas tradicionales y los productos para quitar el apetito o para quemar la grasa son soluciones falsas para un problema complejo. Sus efectos serán siempre temporales y sólo se mantendrán mientras la persona soporte la amargura de la dieta, el gasto enorme de comprar las pastillas, el jarabe o el té; o más aún, el grave riesgo de someterse a un liposucción.

Día 5. Evita el rebote

Cuando súbitamente se baja de peso, pero no se cambian de raíz los hábitos que nos llevaron a la obesidad, el cuerpo no tendrá otra opción más que volver a depositar las calorías adicionales en forma de grasa.

Dietas fáciles de abandonar

Nadie puede mantener por mucho tiempo las severas restricciones de una dieta tradicional, llena de prohibiciones. Estos regimenes pueden provocar que una persona pierda algunos kilos o libras de manera súbita. Sin embargo, debido a las excesivas prohibiciones, más tarde o más temprano, todo el mundo las abandona para volver a comer como lo hacía antes de comenzar.

Lo mismo pasa con los productos a los que se atribuyen poderes mágicos para solucionar la obesidad sin muchos sacrificios. Todas estas formas de abordar el problema son soluciones falsas que no resuelven nada, y sólo agravan el problema al crear un círculo vicioso de bajadas y subidas de peso. Estas “soluciones” sólo acumulan nuevas frustraciones y complican el cuadro emocional que acompaña a la obesidad.

La velocidad con que se baja de peso como antes hemos referido, es otro factor que contribuye al rebote. Mientras más rápida sea esa pérdida de peso, mayor será también la posibilidad de rebotar a un peso superior al que se tenía.

Evitar el rebote

Para evitar el rebote, la obesidad debe manejarse como hasta ahora hemos insistido: fomentando hábitos sanos y un nuevo estilo de vida. Ello no representa ningún riesgo asociado a los falsos tratamientos. Las soluciones de fondo tienen cuatro elementos en común:

• Una alimentación equilibrada y sin excesos.
• Un programa disciplinado de ejercicios.
• La garantía de bajar de peso de manera progresiva.
• La posibilidad de mantener el nuevo peso alcanzado, sin rebotes.

Para bajar de peso y mantener el peso en forma permanente

Una alimentación equilibrada y sin excesos no representa nunca un sacrificio, no agrava nuestra situación emocional y nunca fomenta el rechazo a nuestra propia imagen. Es fácil de llevar a cabo porque no representa nunca la renuncia a nuestros platillos favoritos; porque hace énfasis en la variedad de sus componentes, la moderación en el tamaño de las porciones y la prudencia al seleccionar las formas de su preparación.

Un programa disciplinado de ejercicios no tiene que representar la obligación desagradable de hacer lo que menos nos gusta. Consiste más bien, en adoptar el hábito de hacer varias veces a la semana y por el mayor tiempo posible, la actividad física que más nos agrade y que podamos practicar de acuerdo con nuestras posibilidades.

Llevar un régimen alimenticio sano y hacer ejercicio, como lo hemos descrito en este libro, son la mejor garantía de que iremos perdiendo peso progresivamente hasta alcanzar la meta fijada. Antes de terminar te diremos algo muy importante: no debes de perder más de un kilo (2 libras) por semana, ya que si lo haces tienes mayor riesgo de sufrir un rebote.

Mejorar nuestra alimentación a través del cambio de hábitos y erradicar de nuestro estilo de vida el sedentarismo son la mejor garantía de que no tendremos ningún rebote, pues no abandonaremos ninguna dieta restrictiva, ni dejáremos de consumir ningún producto mágico. El rebote es el mejor indicador de que un método DEFINITIVAMENTE no funciona.

Los siguientes links te ayudarán a guiarte dentro de tu plan: 

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