¿Qué aspectos legales debo tener en cuenta antes de una cirugía?

Cualquier cirugía, aunque se considere menor, conlleva un riesgo, por el procedimiento en sí y por el uso de anestesia.

Por eso, antes de entrar al quirófano, es bueno —por cuestiones legales pero también por la propia tranquilidad mental— tener la mayor cantidad de información posible.

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Las siguientes son tres preguntas básicas que tienes que hacer.

¿Cuál es el procedimiento quirúrgico exacto que se realizará?

Puedes tomar nota, traer a la consulta a un familiar o amigo e incluso grabar la charla con tu médico. Pregunta todo lo que se te ocurra, es tu derecho saber. Para que comprendas cabalmente a qué tipo de intervención te someterás.

Tu médico debe informarte el paso a paso, e incluso facilitarte información por escrito.

Si quieres seguir investigando por cuenta propia tu médico puede sugerirte sitios de internet confiables para que los veas en tu casa.

Esto no solo será útil para tu tranquilidad sino también que te protegerá legalmente en caso que te hagan algún tipo de intervención para la que no hayas dado tu consentimiento.

¿Cuáles son los riesgos y las complicaciones?

No solo hay que comprender lo que ocurre durante la cirugía, sino también el postoperatorio. Esto te ayudará a organizarte para los días o semanas que siguen a la cirugía. 

Conocer cómo será el postoperatorio también te dará pistas de si la operación fue exitosa o algo pudo haber salido mal. 

Por ejemplo, si luego de una intervención ocular te dicen que verás en 24 horas, pero todavía ves borroso una semana después... pues hay que ver qué pasó.

¿Cuál es el costo total de la cirugía?

Si estás en una emergencia médica, poco podrás hacer, pero si se trata de una cirugía programada, puedes recolectar información suficiente, e incluso cambiar algunas cosas.

Miles de estadounidenses sufren el impacto de cuentas sorpresa, especialmente por haber recibido atención de algún profesional de salud que no estaba en la red de proveedores de su plan médico (por ejemplo, el anestesista o un asistente contratado para el procedimiento).

Trabaja con tu médico para determinar tus gastos de bolsillo exactos antes de la cirugía. El postoperatorio es un momento horrible para sorpresas. 

No solo las aseguradoras privadas, sino también programas públicos como Medicaid o Medicare pueden darte estimados de cuánto se gastará.

Estos estimados deberían incluir no solo lo que se gaste en el quirófano, sino también visitas de seguimiento, gastos vinculados a la recuperación (por ejemplo si necesitas un bastón) y por supuesto medicamentos.

De esta manera, si así y todo recibes una cuenta sorpresa o algo inesperado, estarás mejor preparado para reclamar. Muchas veces cuando el paciente demuestra el conocimiento que tiene de su caso, no es necesario llegar a la instancia de tener que contratar un abogado o pelear en una corte.