Después de que los niños terminan con la etapa de la lactancia materna y comienzan con la fórmula, lo más tradicional es que consuman leche de vaca. Los pediatras aconsejan darles leche entera y pasteurizada, necesaria para su desarrollo.
En estos últimos años hubo un auge de consumo de otros tipos de leche: de cabra, de oveja, de almendras, de soya, tendencias que pueden llevar a los padres a preguntarse cuál es la elección más segura para el plan de alimentación de sus hijos.
Para despejar dudas, los científicos del Hospital St. Michael’s de Toronto, en Canadá, estudiaron la altura -un indicador clave en la salud general- de los niños que toman leche de vaca versus los que toman otro tipo de leche.
Después de examinar a más de 5,000 niños de entre 24 y 72 meses, los científicos canadienses descubrieron que por cada vaso diario de leche de vaca consumido, los niños son 0,078 pulgadas (0,2 cm) más altos que la media de su edad, y por cada vaso consumido a diario de otro tipo de leche, los niños son 0,157 pulgadas (0,4 cm) más bajos que la media ideal para su edad.
Durante el estudio, publicado en The American Journal of Clinical Nutrition se observó que el 92% de los niños tomaban leche de vaca, mientras que el 13% consumía otros tipos de leche de origen vegetal o animal, una opción que fue creciendo en la última década sobre todo.
Las conclusiones del estudio indican que la leche de vaca incide directamente en la altura de los niños: cuanto más se tome durante los primeros años de vida, más crecerá. Y a los 3 años de edad, los niños que toman 3 vasos diarios de leche de vaca serán 0,59 pulgadas (1,5 cm) más altos que aquéllos que sustituyen esta leche por otra de procedencia animal o vegetal.
Leche de vaca para crecer
Jonathon Maguire, el investigador líder señaló que los hallazgos sugieren que añadir alguna leche de vaca a la dieta de los niños no revierte la asociación entre el consumo de estas otras bebidas y una menor estatura, es decir, la leche de vaca debe ser predominante en la dieta infantil desde el primer año de vida, y estima que las diferencias en la altura estarían dadas por el aporte de las proteínas y grasas de la leche de vaca.
Los investigadores creen que no debería haber dudas sobre cuál es la mejor leche para los niños. La Academia Estadounidense de Pediatría (American Academy of Pediatrics, AAP) sugiere utilizar fórmulas a base de leche de vaca entera y pasteurizada a partir del primer año de vida, siempre que sea posible, en lugar de las fórmulas a base de soya u otro sustituto, a menos que el niño presente alergia a la lactosa.
Las diferencias nutricionales son evidentes: la leche de vaca es mucho más alta en proteínas con respecto a la leche de almendras por ejemplo, ya que una taza de leche de vaca contiene 8 g de proteínas, en cambio, una taza de leche de almendra contiene sólo 1,55 g de proteínas.
Con respecto a las cantidades indicadas según la edad, el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA) recomienda las siguientes medidas diarias: de 2 a 3 años de edad: 2 tazas (480 ml), de 4 a 8 años de edad: 2½ tazas (600 ml), de 9 a 18 años de edad: 3 tazas (720 ml).