El hígado graso también es un problema de niños

La enfermedad del hígado graso es un enemigo silente que cada vez se extiende más entre la población infantil y que, si no se trata a tiempo, puede tener complicaciones graves. La buena noticia es que esta afección se puede prevenir haciendo ajustes sencillos en el estilo de vida.

Varias investigaciones han comprobado que la aparición de la enfermedad del hígado graso no alcohólico en niños y adolescentes está asociada a la obesidad y la resistencia a la insulina. Por ejemplo, un estudio reciente vigiló la evolución de 635 niños, a largo plazo, y encontró que una cintura de mayor tamaño a los 3 años de edad aumenta las probabilidades de que un niño tenga un marcador de daño hepático y enfermedad de hígado graso no alcohólico a los 8 años.

El hígado graso también es un problema de  niños
La obesidad es uno de los grandes factores de riesgo para la aparición del hígado graso en niños. | Foto: GETTY IMAGES

"Con el aumento en la obesidad infantil, vemos a más niños con enfermedad de hígado graso no alcohólico en nuestro consultorio de gestión del peso pediátrico", dijo la autora principal del estudio publicado en Journal of Pediatrics, Jennifer Woo Baidal, especialista del Centro de Cirugía Bariátrica Adolescente en el Hospital Pediátrico de Nueva York-Presbiteriano.

La enfermedad de hígado graso no alcohólico ocurre cuando en el hígado se acumula demasiada grasa, lo que provoca una inflamación que causa daño hepático. Unos 80 millones de personas la padecen y en Estados Unidos es, además, la afección hepática crónica más común en niños y adolescentes, de acuerdo a los investigadores. "Necesitamos con urgencia unas mejores formas de evaluar, diagnosticar, prevenir y tratar esta enfermedad desde la niñez", agregó Baidal.

Al igual que muchas enfermedades hepáticas crónicas, la del hígado graso suele ser asintomática y solo se detecta cuando se hacen exámenes de sangre (bioquímicas del hígado) o de imágenes abdominales (ecografía, tomografía) que suelen ser ordenados por otros motivos de salud. Si hay un diagnóstico temprano, se puede hacer un tratamiento eficaz y prevenir un daño grave, como una fibrosis avanzada. Pero más que un diagnóstico precoz, es importante llevar a cabo estrategias de prevención eficaces.


| Foto: Actividad física y dieta saludable son las claves de la prevención. | Foto: Getty

El Comité de Expertos en Enfermedad del Hígado Graso y la Sociedad Americana de Gastroenterología, Hepatología y Nutrición Pediátrica definieron una serie de recomendaciones sobre esta afección y las publicaron en Journal of Pediatric Gastroenterology and Nutrition.

La guía revisa diferentes etapas, desde el diagnóstico hasta el abordaje terapéutico de la enfermedad en los niños y los adolescentes. En lo que a prevención se refiere, los expertos indicaron que la clave está en hacer modificaciones en su estilo de vida, como mejorar su dieta y aumentar la cantidad de actividad física. Estas son algunas de sus sugerencias:

  • Evitar las bebidas endulzadas con azúcar (gaseosas, jugos) como una estrategia para disminuir la adiposidad que se asocia a la aparición de la enfermedad.
  • Es importante aumentar la actividad física de intensidad moderada a alta y limitar el tiempo frente a las pantallas (televisión, dispositivos) a menos de dos horas por día.
  • En el caso de los adolescentes, especialmente, se debe evitar el consumo de alcohol y de cigarrillos, incluso de dispositivos electrónicos de administración de nicotina.
  • Todos los niños deben vacunarse contra la hepatitis A de manera rutinaria.

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