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Cada vez más niños cambian de sexo

El Dr. Norman Spack, autor del reporte publicado en Pediatrics y director de una de las primeras clínicas de identidad de género en el Hospital Infantil de Boston, dijo que esa clínica, que abrió dentro del hospital en 2007, tiene un promedio de 19 pacientes por año, que es una cifra alta comparada con los 4 pacientes tratados anualmente en temas de género en el hospital, en la década del 90.

El reporte detalla que 97 niñas y niños fueron atendidos entre 1998 y 2010, el más joven tenía cuatro años.

| Foto: THINKSTOCK

Puntos clave

Cuando los niños son muy pequeños, ellos y sus familias reciben atención psicológica y se les hace un seguimiento hasta que aparecen las primeras señales de la pubertad, entre los 11 y 12 años. Y en ese momento, los chicos reciben medicamentos para bloquear la pubertad con inyecciones.

Este delicado tema del cambio de género involucra cuestiones éticas y está en continuo debate, porque  se deben estudiar los efectos del uso de medicamentos y hormonas que bloquean la pubertad en los niños.

Una niña de ocho años de Los Ángeles es un caso público: ella dijo a los 18 meses "yo varón" y se ha mantenido en esa postura. Su familia quedó perpleja, pero respeta su voluntad y se refiere a ella como a un varón. Y sus padres están esperando la etapa de la pubertad para comenzar el tratamiento, manifestó su madre a Associated Press.

El Dr. Spack afirmó: "Si uno abre las puertas, estos son los chicos que llegan. Están ahí afuera, están en nuestras prácticas".

Muchas veces, cambiar los roles de género y ocasionalmente pretender ser del sexo opuesto, puede ser un juego entre los niños. Pero estos casos son diferentes: ellos tienen la certeza de que nacieron en el cuerpo equivocado.

El Dr. Spack calcula que uno de cada 10,000 niños tiene esta condición sexual que en muchos casos es rotulada como "afección de identidad de género", aunque él es uno de los tantos médicos que piensan que es un nombre poco apropiado. La investigación publicada en Pediatrics sugiere que es posible que tengan diferencias cerebrales más similares a las del sexo opuesto.

“Ofrecer un tratamiento de cambio de sexo a niños menores de 18 años acarrea preocupaciones éticas y los motivos de los padres necesitan ser cuidadosamente examinados”, afirma la doctora Margaret Moon, integrante del comité de bioética de la Academia Estadounidense de Pediatría.

Y manifestó que algunos niños “podrían ser homosexuales y son obligados a recibir tratamiento, porque los padres están más cómodos con un cambio de sexo que con un hijo homosexual”, declaró Moon. "Es dañino tener un tratamiento irreversible demasiado pronto", concluyó la especialista.

Según la Biblioteca Nacional de Medicina, nuevos estudios muestran que los niños que batallan con la identidad de género también se enfrentan a mayores riesgos de abuso y problemas de salud mental, que incluyen el trastorno por estrés postraumático.

Los niños con trastorno de identidad de género sienten una incomodidad potente y persistente con su sexo biológico. Se identifican y muestran conductas usualmente observadas en el sexo opuesto.

El reciente estudio, según explican, "se enfocó en niños que experimentan un distrés o tristeza profundos con sus cuerpos cambiantes". "Las manifestaciones psiquiátricas incluyen riesgos mucho más elevados de conducta de automutilación, depresión, intentos de suicidio y ansiedad", señaló el Dr. Scott Leibowitz, psiquiatra infantil afiliado con la clínica de Identidad de Género de Boston.

Se incluyó a 97 pacientes menores de 21 años, 43 que nacieron con sexo masculino y 54 con sexo femenino: de esos pacientes, 43 ya tenían síntomas psiquiátricos, 20 reportaron automutilación y 9 habían intentado suicidarse.

Las Sociedad Americana de Endocrinología acepta el tratamiento transgénero con hormonas, pero señala que no debe darse antes de que comience la pubertad. La normativa recomienda medicamentos que impidan la pubertad hasta los 16 años, luego suministrar hormonas de por vida para el cambio de sexo, mientras se vigilan potenciales riesgos a la salud.

Mientras tanto, los profesionales de la salud mental deben involucrarse en el proceso, señalan las directrices de dicha sociedad.

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