Muchos estudios han llegado a la conclusión que el matrimonio promueve la longevidad. Sin embargo, ninguno hasta ahora había comprobado la drástica diferencia de expectativa de vida entre los casados y los solteros.
Un equipo liderado por el doctor David Roelfs, profesor de Sociología en la Universidad de Louisville, en Kentucky, analizó 90 investigaciones previas, que incluyeron en total a cerca de 500 millones de personas, y compararon los riesgos de mortalidad entre los que nunca se habían casado y los que sí.
Puntos clave
- Analizaron 90 estudios que compararon la salud de solteros y casados.
- Dicen que la salud del soltero es más pobre porque tiene menos beneficios de salud.
- Y no cuenta con el apoyo del cónyuge para ir al médico o seguir un tratamiento.
Y observaron que, a lo largo de la vida, el riesgo de muerte es 32 por ciento mayor en los hombres solteros, y 23 por ciento en las mujeres solteras. Lo que significa en números que ellos reducirían su vida hasta en 17 años, y ellas hasta en 15.
Según el doctor Roelfs, las razones pueden ser amplias: los solteros ganan menos, suelen tener menos beneficios de salud y no tienen algo fundamental, el apoyo del cónyuge para ir al médico o cumplir al pie de la letra un tratamiento.
Según este trabajo, publicado en la American Journal of Epidemiology, esta drástica diferencia en la expectativa de vida va achicándose, al parecer, si los solteros pasan la “barrera del sonido” y la crisis de los 40.
El riesgo de muerte relativa de los solteros de entre 30 y 39 años es 128 por ciento mayor que los casados de esa edad. Pero disminuye a 16 por ciento para los solteros de 70 años o más al compararlos con sus pares casados.
Este análisis no abarcó a viudos o divorciados.
El doctor Roelfs aclara que este tipo de análisis es “probabilístico” y que no implica que todos los solteros morirán antes. “No sea cosa que tengamos estampidas de solteros que busquen desesperadamente a su media naranja para casarse y conservar la vida”, bromeó.