El estudio publicado en The Journal of Sexual Medicine, refiere que aquellos hombres que practicaban ejercicio de forma frecuente (el equivalente a 2 horas de ejercicio vigoroso, como correr o nadar, 3.5 horas de ejercicio moderado o 6 horas de ejercicio ligero) tenían mejores puntuaciones en su función sexual, en comparación con los que tenían una actividad física casi nula.
Para llegar a esta conclusión, los investigadores reclutaron a un grupo de 300 hombres que fueron divididos según la cantidad de ejercicio físico que hacían en: nulo o sedentario, suave, moderado e intenso. Los participantes fueron sometidos a un cuestionario sobre su función sexual en general y respondieron preguntas relacionadas con su capacidad de tener erecciones, orgasmos, la calidad y la frecuencia de las erecciones.
Los resultados mostraron que los hombres que practicaban algún deporte o se ejercitaban de forma regular, tenían mejores puntuaciones en su función eréctil, independientemente de su raza.
“Este estudio es el primero en relacionar los beneficios del ejercicio en relación a la mejora de las funciones eréctil y la sexual en un grupo racialmente diverso de participantes”, explicó Adriana Vidal, autor principal del estudio en el informe publicado por el Cedars-Sinai Medical Center.
"Cuando se trata de ejercicio, no hay una talla única para todos", añadió por parte Stephen Freedland, coautor del estudio. “Estamos seguros de que incluso un cierto grado de ejercicio, aunque sea menos intenso, es mejor que no hacer nada en absoluto”, aseguró.
Los ejercicios para fortalecer los músculos en general, como las flexiones de los brazos, los abdominales, el levantamiento de pesas, así como los ejercicios de estiramiento, yoga, pilates y los aeróbicos (como correr, nadar y caminar), te ayudarán a mantenerte en forma y con más flexibilidad para la hora de la intimidad.
La inactividad pasa factura
La Organización Mundial de la Salud (OMS) considera actividad física cualquier movimiento corporal producido por los músculos esqueléticos que exija gasto de energía. Ello incluye los deportes, el ejercicio y otras actividades, tales como el juego, el caminar, las tareas domésticas, la jardinería o el baile.
Advierte que la inactividad física es el cuarto factor de riesgo en lo que respecta a la mortalidad mundial (6% de las muertes registradas en todo el mundo). Además, es la causa principal de aproximadamente hasta del 25% de los cánceres de mama y de colon, el 27% de los casos de diabetes y aproximadamente el 30% de la carga de cardiopatía isquémica.
La OMS asegura que las personas físicamente activas tienen menor frecuencia de cardiopatías coronarias, hipertensión arterial, accidentes vasculares cerebrales, diabetes, cáncer de colon y mama, depresión; así como, menos riesgo de caídas y fracturas vertebrales o de la cadera y más probabilidades de mantener un peso saludable.