Avery de tan sólo 2 años, presentaba una pupila blanca en el ojo izquierdo en lugar de la tinta de ojo rojo que tendría la mayoría de las personas en una fotografía. “No quería tomar la foto, porque tenía miedo” comentó Julie al canal local de noticias WREX. “Cuando tomé la foto, boom. Toda su pupila estaba blanca y fue entonces cuando lo supe”, añadió.
Fitzgerald llevó a su hijo al médico donde confirmaron sus sospechas. El pequeño tenía un retinoblastoma, un tumor canceroso que ya cubría el 75% de su ojo y que se podría haber extendido a la sangre y el cerebro.
El retinoblastoma es un tipo de cáncer del ojo poco común que se origina en la retina, la capa de células sensibles a la luz que recubren la parte posterior del ojo y convierte los rayos de luz en impulsos eléctricos. El resplandor blanco en la pupila que la mamá de Avery vio en la imagen que tomó de su pequeño, es uno de los primeros signos de la enfermedad, médicamente se llama leucocoria (reflejo de luz blanca que se produce en determinados ángulos cuando la luz pasa por la pupila).
El Instituto Nacional del Cáncer de EE.UU. refiere que se puede presentar a cualquier edad, sin embargo, aparece con mayor frecuencia en los niños menores de 2 años y puede estar en un solo ojo (unilateral) o en ambos ojos (bilateral).
Se produce a causa de la mutación de un gen supresor de tumores denominado RB1, que se encuentra en el cromosoma 13. Se necesitan dos mutaciones (cambios en un gen) para destruir este gen y causar el crecimiento descontrolado de células. Cuando el retinoblastoma es hereditario (40% de los casos), la primera mutación se hereda de uno de los padres, mientras que la segunda se produce durante el desarrollo de la retina.
Las opciones de tratamiento dependen del tamaño y localización del tumor. Los tumores pequeños se pueden tratar por medio de cirugía con láser o crioterapia. Se utiliza radiación se utiliza para los tumores más grandes y se puede necesitar quimioterapia si el tumor se ha diseminado más allá del ojo.Es posible que sea necesario extirpar el ojo (un procedimiento llamado enucleación).
En el caso de Avery, los médicos debieron remover el ojo del niño. “Nuestras vidas pasaron de normales a supervivientes de cáncer en tres semanas. Resultó ser nuestra peor pesadilla, pero salvó la vida de nuestro hijo”, señaló a WREX Julie.
Los padres de Avery crearon una página de donación en internet (http://www.gofundme.com/u26mh94) para solventar los gastos médicos y conseguir una prótesis ocular para su pequeño.