Las madres de todo el mundo parecen responder de forma similar ante el llanto de sus bebés. Los cerebros maternos se adaptan para poder responder rápidamente al llanto de un bebé, y que estas respuestas cerebrales son diferentes de aquellas mujeres que no tienen hijos, según un nuevo estudio publicado en la revista PNAS.
La investigación descubrió que las madres en 11 países tienden a reaccionar de la misma manera cuando su niño llora, al levantar y hablar con el bebé. Las imágenes de resonancia magnética de los cerebros de las madres revelaron una mayor actividad en las regiones relacionadas con el cuidado, el movimiento y el habla.
Enseñanza e intuición
Investigadores de los Institutos Nacionales de Salud observaron el comportamiento de 684 madres que tenían bebés de aproximadamente 5 meses en América del Norte y América del Sur, tres en Europa occidental, dos en Africa subsahariana, una en Medio Oriente y dos en Asia oriental. Las madres en todos esos lugares eran más propensas a hacer lo mismo cuando su bebé lloraba angustiado: los cargaban, los sostenían y hablaban con ellos. En algunas oportunidades, aunque con menos frecuencia, los distraían y los alimentaban.
Luego, monitorearon los cerebros de las madres primerizas en los Estados Unidos y madres más experimentadas en China e Italia y descubrieron que en ambos niveles de experiencia, estas respuestas estaban profundamente conectadas al sistema nervioso a un nivel que típicamente se asocia con los instintos. "El cuidado parental combina la enseñanza y la intuición. Algunos aspectos de la crianza se aprenden, como a través de la cultura, pero los padres también confían en sus instintos para el cuidado", destacaron los autores de la investigación.
¿Todas las mujeres tiene la misma respuesta?
El estudio encontró que, en comparación con las mujeres que no tuvieron hijos, "las madres exhibieron respuestas más pronunciadas en las áreas del cerebro involucradas en el procesamiento emocional en respuesta a los llantos infantiles". Los investigadores interpretan que las madres experimentan el llanto como una "señal emocionalmente importante", a la que deben que responder de inmediato. La similitud de respuesta en diferentes culturas, y el hecho de que los cambios cerebrales fueron detectables dentro de los tres meses posteriores al parto, sugieren que este es un sistema incorporado para proteger a los humanos más vulnerables.
"El llanto infantil impulsa a algunos adultos, madres incluidas, a responder con empatía y cuidado pero a otros puede llevar a actuar con negligencia o incluso abuso. El llanto infantil es un desencadenante del maltrato. Entonces, entender cómo responden normalmente las madres al llanto en los niveles conductual y del sistema nervioso es potencialmente revelador”, señaló Marc Bornstein, jefe de investigación infantil y familiar del Instituto Nacional de Salud Infantil y Desarrollo Humano y autor principal del estudio.
"Esperamos que esta investigación impulse a otros a estudiar las respuestas cerebrales asociadas con variaciones no normales en la crianza de los hijos, como las madres que maltratan", destacó.