Llegó la época de la Navidad y los padres llenan las tiendas de juguetes para cumplir con los deseos de los más pequeños de la casa. Pero.. ¡a prestar atención! Todos los años son muchos los niños que reciben tratamiento en las salas de emergencia de los hospitales, debido a lesiones relacionadas con el uso de juguetes.
Un estudio del Hospital Pediátrico Nacional de Columbus, en Ohio, encontró que más de tres millones de niños acudieron a los departamentos de emergencias de Estados Unidos entre 1990 y 2011 por lesiones relacionadas con los juguetes.
Uno de los mayores riesgos para los niños es atragantarse, particularmente hasta los 3 años porque en esas edades suelen llevarse los objetos a la boca, señala kidshealth.org
Para cuidar las seguridad de los niños es importante, en primer lugar, seguir las pautas y clasificación por grupo de edades que brindan los fabricantes de los nuevos juguetes. Pero, también, es relevante que los padres supervisen los juegos.
Reglamentación
La Comisión para la Seguridad de los Productos de Consumo de los Estados Unidos (CPSC, por su sigla en inglés) reglamenta y monitorea estrictamente los juguetes. Desde el año 1995, cualquier juguete fabricado en los Estados Unidos, o importado al país, debe cumplir con las normas de la CPSC.
Al comprar juguetes recuerda:
- Los juguetes de tela deben contar con una etiqueta que indique que son resistentes a las llamas, o que las retardan.
- Los juguetes de peluche deben ser lavables.
- La pintura de los juguetes no debe contener plomo.
- Los materiales para actividades manuales y artísticas no deben ser tóxicos.
- Los crayones y las pinturas deben indicar en el envase que cumplen con la norma ASTM D-4236. Esto significa que han sido evaluados por la American Society for Testing and Materials (ASTM).
Además, evita los juguetes viejos, ya que es muy probable que no cumplan con las normas de seguridad actuales.
También, asegúrate de que los juguetes no sean demasiado ruidosos. El ruido de algunos sonajeros, juguetes para oprimir, musicales o electrónicos puede ser tan elevado como el de una bocina de automóvil, o incluso más fuerte si el niño lo coloca directamente sobre los oídos, y puede dañar la audición.
Bebés, niños que caminan y en edad preescolar
Los juguetes deben ser lo suficientemente grandes – por lo menos 1¼ pulgada (3 centímetros) de diámetro y 2¼ pulgadas (6 centímetros) de longitud – de manera que no se puedan tragar o queden atascados en la tráquea.
Evita las canicas, las monedas, las pelotas y los juegos con pelotas de un diámetro inferior a 1,75 pulg. (4,4 cm) ya que pueden quedar atascados en la garganta, arriba de la tráquea, e impedir la respiración normal.
Los juguetes que funcionan a baterías, deben contar con receptáculos para baterías que se cierren con tornillos, de manera que los niños no los puedan abrir. Las baterías, y los líquidos que puedan derramar estas baterías, presentan un gran peligro para el niño. Entre estos peligros se encuentran la asfixia, los sangrados internos y las quemaduras por productos químicos.
Asegúrate de que el juguete sea irrompible y lo suficientemente fuerte para resistir las mordidas. Además, no debe tener: bordes filosos o piezas pequeñas como ojos, ruedas o botones que se puedan desprender; puntas pequeñas que al introducirse en la boca puedan llegar a la garganta del niño; cintas, hilos o cordones de más de 7 pulgadas (18 centímetros); piezas que puedan pellizcar los pequeños dedos del niño.
La mayor parte de los rodados pueden utilizarse una vez que el niño es capaz de sentarse correctamente sin ayuda.
Niños en edad escolar
Las bicicletas, los monopatines, las patinetas y los patines de ruedas deben utilizarse siempre con cascos que cumplan con las normas de seguridad actuales. También se recomienda el uso de otros equipos de seguridad, como guantes, muñequeras y rodilleras. En las etiquetas encontrarás información sobre si estos equipos cuentan con la certificación de CPSC o Snell.