Un nuevo estudio revela que los bebés son capaces de llegar a deducciones racionales, mostrando sorpresa cuando un resultado no ocurre como se esperaba. Los resultados sugieren que este tipo de razonamiento no tiene necesariamente una base lingüística, como algunos pensaban.
El silogismo disyuntivo es una forma de pensamiento lógico en la que, si solo A o B pueden ser verdaderos, y A es falso, entonces B debe ser verdadero. En palabras simples, es la capacidad de llevar a cabo el proceso de eliminación.
Esta habilidad ha sido confirmada en niños pequeños, pero no en bebés pre-verbales. En esta ocasión, Nicoló Cesana-Arlotti y sus colegas de la American Association For The Advancement Of Science (AAAS) estudiaron a bebés de 12 y 19 meses mientras visualizaban animaciones.
Razonar no es sólo cosa de adultos
En las animaciones se mostraban dos objetos que variaban en forma, textura, color y categoría (por ejemplo, una flor y un dinosaurio), pero luego se ocultaban detrás de una barrera. Una copa animada recogía uno de los objetos, por ejemplo, el dinosaurio. A continuación, se retiraba la barrera y se encontraba el objeto sobrante esperado (flor) o, sorprendentemente, el objeto eliminado (dinosaurio) permanecía a la vista. Cuando esto sucedía, los bebés reaccionaban de distinta manera.
Los investigadores utilizaron los datos de seguimiento ocular para descubrir que los bebés observaron durante más tiempo las escenas en las que el objeto eliminado permanecía a la vista, lo que indica que les confundía este resultado y esperaban obtener más información.
Los científicos mencionados realizaron variaciones de este experimento para confirmar que efectivamente era la aparición del objeto inesperado lo que atraía a los bebés.
Además, descubrieron que las pupilas de los bebés se dilataban más cuando veían animaciones que requerían deducciones racionales; este fenómeno también se produce en los adultos durante el razonamiento deductivo.
La investigación fue publicada en Science.
De la razón a las palabras
Otro importante estudio, publicado en noviembre de 2017 en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences, halló que los bebés pueden relacionar y conectar palabras desde los 6 meses.
Esa investigación reveló que los bebés pueden identificar los significados de algunas palabras e incluso reconocer que algunas están más conectadas con ciertas palabras que con otras. Se basó en un análisis que usó un programa de rastreo de los ojos para ver cómo reaccionaban unos 40 bebés cuando se mencionaban ciertas palabras (y pares de palabras) en su presencia.
"Aunque no hay muchas señales manifiestas de conocimiento del lenguaje en los bebés, el lenguaje sin duda se está desarrollando de forma acelerada debajo de la superficie", dijo la autora del estudio, Elika Bergelson, profesora asistente de psicología y neurociencia en la Universidad de Duke.
"Incluso en las etapas muy tempranas de comprensión, los bebés parecen saber algo sobre cómo las palabras se relacionan entre sí", aseguró Bergelson en un comunicado de prensa de la universidad. "Y ya a los 6 meses, aspectos medibles del ambiente de su hogar predicen hasta qué punto tienen este nivel inicial de conocimiento" concluyó.