Los hallazgos del estudio publicado en Journal of Allergy and Clinical Immunology, refieren que la leche fresca de vaca contiene agentes protectores que promueven el desarrollo de un sistema inmunológico saludable, mismos que al ser pasteurizada se pierden o disminuyen su potencial.
Para llegar a dicha conclusión, los investigadores realizaron un análisis de las muestra de sangre de un grupo de niños durante su primer año de vida de las zonas rurales de Baviera, Finlandia, Francia, Suiza y Austria. Al final del primer año de vida, los indicadores bioquímicos de la función inmunológica de las muestras sanguíneas mostraron que los pequeños alimentados con leche sin procesar tenían niveles más bajos de la proteína C reactiva que se utiliza para identificar inflamaciones o infecciones en el organismo.
Además, "en los niños que fueron alimentados con leche fresca de vaca sin procesar la incidencia de resfriados y otras infecciones respiratorias, como la inflamación febril y del oído medio, fue significativamente menor que en el grupo cuya ración de leche era un producto ultra-pasteurizado", destacó el Dr. George Loss, autor principal en información difundida por la institución académica.
Los resultados muestran que la ingestión de leche fresca de granja reduce el riesgo de desarrollar estas enfermedades hasta en un 30%, y el efecto disminuyó cuando la leche se calentó en el hogar antes de su consumo, añadió.
"Los efectos de diversos tratamientos de la leche son presumiblemente atribuible a diferentes componentes resistentes al calor presentes en la leche fresca. Los compuestos que son sensibles al calentamiento parecen jugar un papel especialmente importante en la protección contra las infecciones del tracto respiratorio y los oídos", estableció Pérdida.
El especialista resaltó que si bien la leche cruda puede contener microorganismos patógenos que podrían plantear un riesgo para la salud, es recomendable el uso de métodos de pasteurización alternativos para que “la leche esté libre de microorganismos patógenos, pero conserve los agentes protectores encontrados en la leche fresca”, puntualizó.
El Dr. Loss sostuvo que "en muchos aspectos, la composición de la leche de vaca es similar al de la leche humana" y que además de las grasas y los hidratos de carbono, contiene proteínas que pueden modular la función del sistema inmunológico.
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