Investigadores de la University of Texas Medical Branch en Galveston hallaron que las tasas de infecciones de oído en los bebés de menos de 12 meses bajaron dramáticamente, de 18 a 6 por ciento en pequeños de hasta tres meses; de 39 a 23 por ciento en bebés de 6 meses; y 62 a 46 por ciento en los de 1 año.
El nuevo estudio, liderado por la profesora Tasnee Chonmaitree y publicado en la revista Pediatrics, hizo el seguimiento de 367 bebés desde el nacimiento hasta que cumplieron el año. Los bebés nacieron entre 2008 y 2014.
Durante el primer año de vida de cada niño, los científicos hablaron con la familia, tomaron muestras de mucosa de los bebés para identificar infecciones e hicieron el seguimiento médico cuando los padres reportaban señales de infección.
Los investigadores de Texas pudieron comprobar menos casos de infecciones en el oído, y lo atribuyeron directamente a tres poderosas razones:
- Lactancia por largo tiempo
- Tener todas las vacunas
- Menos consumo de cigarrillo en el hogar
"Comprobamos que la lactancia prolongada no sólo está asociada a menos infecciones en el oído sino también a menos resfríos", dijo la profesora Chonmaitree.
Según explica la Academia Americana de Médicos de Familia y la Biblioteca Nacional de Medicina de EE.UU., las infecciones de oídos son la causa más común por la que los padres llevan a sus hijos al médico.
Tres de cada cuatro niños tendrán al menos una infección de oídos en el primer año de vida. Los adultos también pueden tener infecciones de oídos pero son menos comunes.
En general, la infección afecta el oído medio y se denomina otitis media. Los tubos dentro de los oídos se tapan con líquido y moco. Esto puede afectar la audición, ya que el sonido no puede pasar a través de todo ese líquido.
Si el niño todavía no habla, es necesario prestar atención a los signos de una infección:
- Tironeo de los oídos
- Llanto más frecuente que lo usual
- Secreción en el oído
- Dificultad para dormir
- Problemas de equilibrio
- Problemas para escuchar
Con frecuencia, las infecciones de oído desaparecen sin tratamiento pero el médico puede recomendar medicinas para el dolor. Las infecciones más graves y las infecciones en bebés pueden requerir antibióticos.