Valentina Maureira, la adolescente chilena de 14 años que había pedido autorización para terminar con su vida, falleció finalmente el 14 de mayo a causa de una insuficiencia respiratoria. La muerte se produjo en el Hospital Católico de la Universidad de Chile y según declaró a la cadena CNN Fredy Maureira, el padre de la joven, su hija, “Muriò tranquila. Ella quería descansar”.
Valentina sufría de fibrosis quística, una enfermedad hereditaria que afectaba a sus pulmones, páncreas e hígado, que también había causado la muerte de su hermano. La familia llevaba años haciendo campaña para conseguir que su hija recibiera un triple trasplante de pulmón, hígado y páncreas.
En un video que publicó por YouTube Valentina había pedido autorización a Michelle Bachelet, la presidenta de su país, para recibir una inyección letal que terminara con su vida. “Ya se me murió mi hermano mayor Michael, de la misma enfermedad. Es por eso que solicito hablar urgente con la Presidenta, porque estoy cansada de vivir con esta enfermedad y ella me puede autorizar la inyección para quedarme dormida para siempre", había pedido la adolescente.
Bachelet escuchó el dramático pedido de la niña y el sábado 28 de febrero se acercó a visitarla al Hospital Clínico de la Universidad Católica, donde se encontraba internada. El gesto de la mandataria fue recibido con agrado por las redes sociales.
Tras la difusión viral del video, Valentina cambió de opinión y decidió promover un mensaje de lucha por la vida. Y no lo hizo a título personal sino que también incluyó a todos los pacientes que, como ella, padecen fibrosis quística.
En un nuevo video se la había visto mucho más animada y agradecía a la gente que la estaba apoyando y a la mandataria por haberse hecho presente para verla.
La eutanasia en Chile está penalizada por el Código Penal, pero el debate sobre su legalización está entre la lista de proyectos de ley contemplados por el gobierno de Bachelet.