Según la nueva investigación realizada por la Administración de Salud Mental y Abuso de Sustancias (SAMHSA, por sus siglas en inglés), unos 700.000 niños de entre 12 y 14 años beben alcohol con regularidad, y unos 200.000 consumieron alcohol durante enero pasado. El 7 por ciento de ellos había comprado las bebidas alcohólicas por sí mismos en licorerías o en bares.
El resto accedió al alcohol de distintas maneras, sin pagar un centavo: a través de otros menores de edad, o de adultos, parientes o no, en sus propias casas. En total, el 45 por ciento de los jóvenes había bebido en sus propias casas, inducido por uno de sus padres, por algún otro familiar, o tomando el alcohol clandestinamente, por no tener la supervisión adecuada.
Puntos clave
SAMHSA asegura que darle alcohol a un joven aumenta dramáticamente, hasta en cinco veces, la posibilidad de que desarrolle problemas con el alcohol y hasta adicción.
"Es sorprendente que gran parte de estos niños tengan acceso a licores, cervezas y tragos en su propia casa”, expresó Peter Delany, director Centro de Estadísticas de Comportamientos de Salud del SAMHSA.
Cerca del 15 por ciento habían bebido frente a sus padres o tutores, quienes les ofrecieron alcohol.
"Muchos padres dicen, ‘bueno, por lo menos bebe en casa y no en la calle’ o ‘al menos no fuma marihuana’, y decenas de otros pensamientos errados”, asegura Delany.
David Jernigan, profesor asociado de la Escuela Bloomberg de Salud Pública de la Johns Hopkins University, apunta a la industria de la bebida alcohólica que muestra al adolescente que beber es lo más grande y “cool” que hay.
“La exposición de los jóvenes a publicidades de productos del alcohol ha aumentado 71 por ciento entre 2001 y 2009”, indica el experto. Los niños ven al menos una publicidad de un producto alcohólico al día.
El consumo de alcohol en menores de edad está relacionado con cerca de 5.000 muertes de menores de 21 años anualmente. También es factor de riesgo de casos de abuso físico o sexual y del consumo de drogas.
Expertos de la entidad federal aseguran que el monitoreo del alcohol en las casas es clave para reducir el consumo en menores.