Los estudiantes de secundaria de una escuela privada de Rhode Island que empezaban la escuela media hora más tarde en la mañana tenían mejor estado de ánimo, estaban más alertas, menos deprimidos y eran más propensos a asistir a clase que antes del cambio de hora, según muestra un nuevo estudio.
"Muchos de los participantes dijeron exactamente lo mismo: que mejoró la calidad de sus vidas así como la percepción de que los estudiantes iban más descansados y estaban más preparados para comenzar el día", dijo Owens. "No hubo un solo padre, estudiante o administrador que deseara volver a la antigua hora de inicio al final del estudio", añadió.
El experimento tuvo tanto éxito, que la escuela cambió su hora de inicio de clases de manera permanente de 8:00 a.m. a 8:30 a.m.
El estudio refuerza la evidencia de que los adolescentes tienen necesidades especiales de sueño.
Durante la adolescencia, el reloj interno de los niños cambia haciendo que se duerman más tarde según la Fundación Nacional del Sueño (NSF, por sus siglas en inglés). Si los adolescentes tienen que seguir entrando a la escuela a la misma hora, no reciben las recomendadas 8.5 a 9.25 horas de sueño que sus cuerpos necesitan.
"Lo que se reduce a que los adolescentes no son capaces de conciliar el sueño tan pronto como lo hacían cuando estaban en la escuela intermedia o la primaria", explicó Owens. "Se produce un cambio de dos horas en los ciclos de sueño-vigilia".
La Escuela de St. George en Middletown, Rhode Island, se acercó a Owens para discutir la posibilidad de hacer un estudio en la escuela sobre retrasar la hora de entrada a clases.
"Hubo mucha resistencia al principio por parte del cuerpo docente, la administración y los entrenadores deportivos que sentían que media hora no iba a marcar una diferencia sustancial y que iba a ser perjudicial para los calendarios académicos y deportivos", señaló Owens.
Pero estuvieron de acuerdo en darle una oportunidad a esta antigua escuela.
Cerca de 200 estudiantes de noveno a duodécimo grado rellenaron cuestionarios sobre sus hábitos de sueño antes y después del cambio de hora. Los investigadores también midieron la tardanza y las visitas al centro de salud escolar.
"Prácticamente, todo lo que estudiamos, desde la cantidad de sueño dormida hasta la somnolencia reportada por los estudiantes durante el día, el estado de ánimo y los síntomas de depresión, el interés y la motivación para participar en actividades académicas y deportivas, avanzó de manera significativa hacia una dirección positiva", declaró Owens.
Después del cambio de hora, los estudiantes se fueron a la cama 18 minutos más tarde y durmieron un promedio de 45 minutos más.
La proporción de estudiantes que dormían al menos ocho horas de sueño aumentó de 16.4 por ciento a 54.7 por ciento, mientras que la proporción de estudiantes que dormían menos de siete horas se redujo casi en 80 por ciento.
"Los especialistas en medicina del sueño saben desde hace tiempo que retrasar la hora de inicio de clases en la escuela secundaria ayuda a los adolescentes a dormir mejor", apuntó la Dra. Heidi V. Connolly, jefa de la división de la medicina del sueño infantil en el Centro Médico de la Universidad de Rochester en Nueva York.También mejoraron otros parámetros.
Tal como se señala en un editorial acompañante en la revista, la investigación sobre este tema se inició en Minnesota hace 13 años y resultó en un cambio en la hora de entrada a clases de 8:40 a.m. para la escuela secundaria y de 9:10 a.m. para la escuela intermedia en el Distrito de Escuelas Públicas de Minneapolis.
Pero todavía hay mucha resistencia a la idea, ya que algunos superintendentes escolares han perdido sus puestos de trabajo después de apoyar la idea de retrasar la hora de inicio de clases, escribió la columnista Kyla Wahlstrom, de la Universidad de Minnesota.
Incluso con esta nueva prueba, no está claro si dichos cambios funcionarán en todas las escuelas o si las mejoras drásticas aquí observadas se mantendrán en el tiempo.
"Simplemente podría tratarse de que los adolescentes se acuestan a la misma hora y duermen 30 minutos adicionales", señaló el Dr. Lawrence Friedman, director del programa de medicina del adolescente en la Facultad de medicina Miller de la Universidad de Miami. "Pero, ¿entrar más tarde a la escuela no se traducirá en que los adolescentes quieran acostarse media hora más tarde? Si es así, entonces no habrá beneficios".
Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor