Después del fallecimiento de su hijo Jett, en enero de 2009, todo el mundo se derrumbó para John Travolta; sin embargo, gracias al apoyo de la Cienciología, el artista poco a poco ha ido recobrando el sentido de la vida.
Puntos clave
- El actor confesó que perdió el interés por la vida.
- Jett, el hijo del intérprete murió en enero de 2009.
- Afrontar el duelo, es una tarea que puede llevar mucho tiempo.
En entrevista para el crítico de cine Barry Norman, Travolta comentó lo siguiente: “la verdad ni siquiera yo sé cómo conseguí recuperarme. La vida no me importaba en absoluto después de la muerte de mi hijo. Me llevó meses levantar el ánimo. Ha sido la peor experiencia de toda mi vida”.
Uno de los pilares de la recuperación del actor se centró en la Cienciología, una organización de la que se dice, empleó métodos de rehabilitación espiritual que consistieron en revivir hechos o experiencias traumáticas durante un par de años para que John lograra reponerse.
“Siempre voy a estar agradecido con la iglesia de la Cienciología por apoyarme durante dos años y mantenerme en pie. Me ayudaban todos los días de la semana, sin ningún día de descanso. Probaban diferentes técnicas para que pudiera superar mi situación y, al menos, tratar de vivir el día a día”, agregó.
Afrontar la pérdida de un ser querido, como ocurrió con el intérprete estadounidense, no es nada fácil. El duelo, según la Biblioteca Nacional de Medicina, es una reacción a una pérdida grande o tragedia y con mayor frecuencia es una emoción dolorosa e infeliz que normalmente tiene una duración determinada.
Cabe mencionar que todas las personas experimentan la aflicción a su manera, pero hay etapas comunes para el proceso del duelo, que comienza con el reconocimiento de la pérdida y continúa hasta que finalmente se acepta. Según las circunstancias de la muerte, la respuesta de la persona a la aflicción será distinta.
Una manera de describir este proceso es mediante cinco etapas, las cuales probablemente vivió Travolta: 1) negación, aturdimiento e incredulidad, 2) ira, culpar a otros, 3) hacer promesas, 4) estado de ánimo depresivo, tristeza y llanto, y 5) aceptación.
Frente a un hecho lamentable como una muerte, la familia y los amigos deben ofrecer apoyo emocional durante este proceso. Algunas veces, los factores externos pueden afectar el proceso de aflicción normal y las personas podrían necesitar ayuda de religiosos, especialistas en salud mental, grupos de autoayuda y trabajadores sociales.
La fase aguda de duelo y aflicción generalmente dura hasta dos meses, pero algunos síntomas más leves pueden durar un año o más. La asesoría psicológica puede ayudarle a una persona a enfrentar la pérdida.
¿Se puede prevenir?
Dado que es una respuesta saludable a una pérdida, el duelo no se puede evitar. En lugar de esto, la Biblioteca Nacional de Medicina sugiere respetar. Aquellas personas que estén afligidas deben tener apoyo que las ayude a lo largo del proceso.