Con la misma intensidad con la que Gerardo “Jerry” Galindo jugó para equipos como los Pumas de la UNAM, Necaxa, Monterrey y con la selección mexicana, el futbolista emprendió una difícil lucha en 2012, cuando fue diagnosticado con cáncer de garganta.
De acuerdo con la Biblioteca Nacional de Medicina, se trata de un tipo de enfermedad en donde se forman células malignas en los tejidos de la laringe, causando en el paciente constantes dolores de cabeza, zumbidos en los oídos, problemas para digerir, así como dificultad para hablar, como le sucedió a Galindo.
Aunque todo parecía en contra, pues en total el futbolista ha necesitado 17 transfusiones de sangre para poder sobrevivir, contó en todo momento con el apoyo incondicional de su familia, quien además se convirtió en la razón para salir adelante y superar cualquier adversidad.
Sin embargo, el camino no fue fácil, Galindo pasó por situaciones complicadas a nivel personal, emocional y sobre todo económico, al grado de tener que pedir prestado para poder pagar los tratamientos y las operaciones.
Por fortuna, sus amigos siempre estuvieron ahí. Y algunos de sus compañeros con quienes vivió viejas glorias, como Javier Cortés, Martín Romagnoli, Luis García y Efraín Velarde lo ayudaron al grado de llegar a donarle sangre.
Y pese a que el panorama no era nada favorable, el mexicano ha podido superar tal padecimiento, aunque teme que tarde o temprano éste regrese.
“Sigo teniendo miedo, pero es todo hay que compartirlo por que sí se puede superar. Y me falta mucho por vivir”, comentó Galindo al diario deportivo Récord, con una voz entrecortada y débil.
Ahora, él sabe que a base de mucho esfuerzo todo se puede lograr. “El cáncer sí se puede superar, hay que ver para adelante. Hoy sé que ni los campeonatos ni los goles o la Selección son mis mejores títulos, hoy en día mis mejores títulos son los de papá y esposo, porque tengo por quien vivir”.
Existen varias pruebas y exámenes que permitirán detectar cualquier tipo de protuberancia en el cuello. Se pueden realizar estudios como una biopsia del tumor sospechoso, radiografía del tórax, tomografía computarizada, así como una resonancia magnética.
De acuerdo con el Instituto Nacional del Cáncer se recomienda evitar fumar o cualquier otra forma de exposición al tabaco, así como reducir o evitar el consumo de alcohol. La mezcla de ambos productos aumentan las posibilidades de obtener dicho diagnóstico.
Por suerte, se ha encontrado que si son detectados a tiempo los cánceres de garganta se pueden curar en el 90% de los pacientes. Pero si el mal se ha diseminando a los tejidos circuncidantes o a los ganglios linfáticos en el cuello, del 50 al 60% de los enfermos se pueden curar. De ahí la importancia de la prevención.