La actriz está sufriendo las secuelas del divorcio. Se la ha visto delgada en extremo y demacrada, y manifestó en una nota reciente a un famoso semanario que ella tiene miedo de llegar a la vejez sin nadie que la quiera a su lado, en definitiva le teme a la soledad.
Demi Moore dejó además entrever problemas alimenticios, dijo que tiene una relación de amor-odio con su cuerpo y que ha sufrido siempre por no poder comer lo que desea. 
Puntos clave
- Su familia llamó a emergencias y debieron internarla
- Está delgada en exceso y muy demacrada
- Su representante dice que sufrió un pico de estrés
Sin embargo, a su ex marido, Aston Kutcher se lo ha visto feliz y en compañía de mujeres bellas y jóvenes. Todo esto lleva a una sola salida: Demi necesitaba ayuda médica, y el lunes 23 se precipitó la situación. Desde la casa de la actriz debieron llamar a emergencias y solicitar asistencia médica inmediata.
El sitio TMZ.COM ha publicado la noticia, donde puntualiza que los paramédicos estuvieron 30 minutos evaluando la situación, hasta que decidieron llevarla a un hospital.
Luego se supo que la actriz habría inhalado óxido nitroso, un gas que utilizan los dentistas como relajante y que es de alto riesgo si se utiliza fuera de un entorno médico controlado. Este gas le habría causado convulsiones.
A través de un comunicado de prensa, su representante declaró, “Debido al estrés de su vida actual, Demi decidió buscar ayuda profesional para tratar su cansancio excesivo y mejorar su estado de salud”. Y luego agregó: “Ella espera sentirse mejor y está agradecida por el apoyo de su familia y amigos”.
Entre la anorexia y la depresión
Los trastornos alimenticios de Demi Moore siempre han sido un tema central en las entrevistas. Ha manifestado que a veces siente que su cuerpo la traiciona.
Las personas con anorexia nerviosa tienen una imagen distorsionada del cuerpo: se ven gordas incluso cuando están peligrosamente delgadas. Se niegan a comer, hacen ejercicio compulsivamente y desarrollan hábitos como rehusarse a comer delante de los demás, pierden mucho peso y pueden incluso morirse de hambre, según informa la Asociación Americana de Psicología.
Aunque el trastorno es más frecuente en adolescentes, no es extraño que se presente en personas de la edad de Moore, quien tiene 49 años. Es más, en adultos, se potencia cuando se combina con depresión.
Si Moore padece ambos trastornos, el camino de recuperación será largo y deberá realizar terapias combinadas que trabajen sobre el impacto de la depresión en su cuerpo, en subir su autoestima y, en definitiva, a recuperar las ganas de vivir.
