Harrison Ford habla sobre la epilepsia de su hija

Cuando se habla de la batalla contra la epilepsia que enfrenta Georgia, la hija de 25 años de Harrison Ford, el actor no puede evitar las lágrimas. Y es que han sido varios los momentos críticos que han pasado como familia a manos de esta condición.

Durante un evento organizado por la asociación FACES con el motivo de encontrar la cura para la epilepsia y las convulsiones, el protagonista de la saga de películas de Star Wars habló sobre este problema, que al igual que su hija afecta a 5.1 millones de personas en el país, según los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC).

Harrison Ford habla sobre la epilepsia de su hija
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“Tener a un ser querido que sufre esta enfermedad puede ser devastador. Tú sabes cómo afecta su vida, su futuro, sus oportunidades y quieres encontrar la manera de mitigarlo. Quieres hallar la forma en que pueda vivir una vida cómoda y eficaz”, comentó Ford, de 73 años.

Georgia, fruto de la relación del actor con su segunda esposa Melissa Mathison, tuvo su primer ataque de epilepsia en la niñez. Se encontraba en una fiesta y ante la inusual reacción le fue administrada medicina para la migraña.

“Unos años después experimentó otro episodio fuerte, pero en la playa de Malibú, donde un director la encontró por suerte”, describe Ford. “Me dije: ‘esto es Los Ángeles, tenemos algunos de los mejores médicos del mundo, hay que saber qué está mal con ella', pero en ese momento no se le diagnosticó epilepsia”.

Tuvo que pasar mucho tiempo para que Georgia finalmente recibiera el diagnóstico. Fue justo después de sufrir una crisis en Londres, lugar al que se había trasladado para estudiar. “El Dr. Orinn Davinsky, que es un querido amigo, fue quien la trató”, dijo el actor entre lágrimas. “Él prescribe la medicación y la terapia. A partir de entonces Georgia no ha tenido una convulsión en los últimos ocho años”. 

De acuerdo con los CDC, la epilepsia es un trastorno cerebral en donde se presentan episodios de actividad descontrolada y anormal de las neuronas que causan cambios en el comportamiento.

Las crisis ocurren cuando los cambios permanentes en el tejido cerebral hacen que el cerebro esté demasiado excitado o irritable. Como consecuencia, envía señales anormales que ocasionan convulsiones repetitivas e impredecibles.

Son muchos los factores que pueden provocar un ataque. Tener un accidente cerebrovascular, demencia como el mal de Alzheimer, lesiones cerebrales traumáticas, problemas cerebrales al nacer, trastornos metabólicos o tumores son algunos de ellos, informan los CDC.

Ante una crisis que involucre alguna parte o todo el cuerpo se recomienda llamar a un médico. Mediante pruebas como el electroencefalograma es posible detectar esta condición. Otros análisis abarcan la química sanguínea, pruebas de la función renal o hepática, así como exámenes para enfermedades infecciosas.

Es probable que algunas personas puedan reducir o suspender la medicación después de no tener convulsiones durante varios años. Algunos tipos de epilepsia  desaparecen o mejoran con la edad. No obstante, para muchas personas se trata de una afección de por vida.

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