Tras el reciente anuncio del nuevo sucesor de Benedicto XVI es inevitable cuestionarse ¿Qué tan bien se encuentra de salud el sumo Pontífice? Jorge Mario Bergoglio, además de ser jesuita y ser el primer americano en gobernar la Santa Sede tiene algunos problemas respiratorios que podrían opacar su gestión y hacerlo retirarse antes de tiempo.
Puntos clave
Desde muy temprana edad, la salud de Bergoglio estuvo marcada por varios problemas de salud en uno de sus pulmones, tanto así que durante su adolescencia tuvieron que extirparle uno de ellos.
Desde entonces el argentino seguramente debió haber puesto más atención en su salud, sobre todo, a la hora de respirar.
Ahora, a sus 76 años Francisco I, como desde ahora se le conocerá, ha tenido que disminuir un poco sus actividades debido a los estragos de la edad; sin embargo, aún así el ritmo de trabajo que lleva es digno de admirarse.
“Su rutina comienza a las 4 de la madrugada y termina a las 9 de la noche”, señaló su portavoz, el sacerdote Guillermo Marco” quien lo acompaña en todo momento.
Aunque su respiración probablemente no sea tan eficaz, es posible que Bergoglio lleve una vida relativamente normal con su único pulmón; de hecho, estudios calculan que decenas de miles de personas en todo el mundo vivan con esta situación.
Existen varios procedimientos para extirpar un pulmón, como la neumonectomía, o si sólo se trata de un lóbulo del mismo se recurre a la lobectomía y son medidas extremas que pueden emplearse para combatir un mal, como por ejemplo, el cáncer de pulmón.
Después de aplicarle esta operación el médico seguramente le habrá recomendado al ahora Pontífice a llevar a cabo ejercicios de respiración profunda, esto con la finalidad de prevenir una neumonía o infección. En caso que sólo se haya retirado una parte del pulmón, la rehabilitación contribuye a que este órgano se expanda.
Aunque el dolor es inevitable, con el adecuado suministro de medicamentos seguramente se puede controlar. De acuerdo con el Instituto Nacional de Salud, el tiempo de recuperación puede durar de uno a tres meses después de la operación.