Hollywood está de duelo. Después de luchar durante 18 meses contra el cáncer, Andy Whitfield, el actor de la serie "Spartacus: sangre y arena", falleció el domingo en su casa de Australia, según un comunicado que emitió su familia.
Aunque hace unos meses el actor había asegurado que se había curado del cáncer, luego sufrió una recaída y fue reemplazado por Liam McIntyre para la filmación de la segunda temporada de la serie “Spartacus, sangre y arena”.
Puntos clave
- En marzo de 2010 le detectaron la enfermedad
- En junio creía haberse recuperado
- En octubre tenía pensado volver a la filmación, pero no lo pudo hacer
El actor, tenía 37 años, cuando fue diagnosticado en marzo de 2010 con linfoma de no-hodgkin, lo que demoró el comienzo de la filmación de la serie. De inmediato, inició un tratamiento y en junio, el cáncer, aparentemente, había desaparecido.
Pero el artista, que interpretaba a un gladiador en la serie televisiva, había sufrido una recaída y visto obligado a abandonar la serie para dedicarse por completo a su recuperación, al iniciar por segunda vez un tratamiento más agresivo.
El linfoma no-hodgkin es una enfermedad que se caracteriza por la formación de células malignas cancerosas en el sistema linfático. Según explica el Instituto Nacional del Cáncer, “se puede presentar a cualquier edad y a menudo se caracteriza por la aparición de ganglios linfáticos más grandes de lo normal, fiebre y pérdida de peso”.
Hay distintos tipos de este cáncer, entre ellos: dinámico (de crecimiento rápido) e indolente (de crecimiento lento).
Los hombres de raza blanca y de edad avanzada tienen más riesgo de padecer esta enfermedad. El riesgo aumenta en las personas que sufren de una afección inmunológica heredada o una enfermedad autoinmunitaria (como artritis reumatoide, soriasis o síndrome de Sjögren, VIH/sida, entre otras). También, quienes están expuestos a ciertos plaguicidas o que llevan una dieta alimenticia con alto contenido de carnes o grasas.
Otros síntomas del linfoma no hodgkin en adultos son: hinchazón sin dolor de los ganglios linfáticos del cuello, axila, ingle o estómago, fiebre sin razón aparente, sudores nocturnos abundantes, cansancio, pérdida de peso, erupción cutánea o comezón en la piel, dolor en el pecho, el abdomen o los huesos sin razón aparente.
En 2010, se diagnosticaron 65.540 nuevos casos de linfoma no-hodgkin en los Estados Unidos y 20.210 murieron por esta causa, según el Instituto Nacional del Cáncer.