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El circo: la tragedia detrás del espectáculo

Tal fue el caso de Sarah Guyard-Guillot, acróbata de 31 años que formaba parte del espectáculo ‘Ka’ del Circo del Sol, quien el pasado sábado 29 de junio murió tras desplomarse desde unos 15 metros del altura durante una presentación en las Vegas.

El circo: la tragedia detrás del espectáculo
Getty Images | Foto: GETTY IMAGES

Puntos clave

El accidente se produjo casi al termino de la función que se llevó a cabo en el hotel MGM Grand. Sarah era madre de dos hijos y tenía 20 años de experiencia en acrobacias.

“Al principio, bastante gente del auditorio pensó que todo era parte del espectáculo. Sin embargo, se alcanzaron a escuchar sus gritos, después gemidos; pudimos escuchar a una artista que lloraba en el escenario”, comentó un testigo al periódico Las Vegas Sun.

Minutos después del accidente, un anuncio grabado informó al público que se reembolsaría el dinero de las entradas o se abonaría para futuros eventos. Momentos más tarde se canceló el show.

“Estamos completamente devastados por la noticia. Era una artista en el espectáculo de ‘Ka’ desde que comenzó en 2006 y era una parte integral de nuestra familia. Esto nos recuerda, con gran humildad y respeto, que cada uno de nuestros artistas son extraordinarios”, comentó el fundador del circo de Quebec, Guy Laliberté.

Esta no es la primera ocasión que muere de esta forma un integrante del Circo del Solo Cirque du Soleil. En octubre de 2009, el acróbata Oleksandr Zhurov sufrió una caída del columpio ruso mientras ensayaba. El artista descendía desde el techo mientras desenredaba su cuerpo de una banda de tela suspendida en el aire, cuando de repente, algo falló y cayó al suelo, dando como resultado un golpe en la cabeza que terminó con su vida.

El 16 de agosto de ese mismo año, el acróbata italiano Stiv Bello sufrió una aparatosa caída durante el segundo número del estreno de “Varekai” espectáculo de la misma compañía. Afortunadamente fue dado de alta horas después de haber ingresado al hospital donde fue diagnosticado con una fractura nasal.

Otra de las compañías que también ha tenido bajas por este tipo de accidentes ha sido la del Circo Hermanos Vázquez. En abril de 2013, durante una presentación en el estado mexicano de Baja California, Luis Abel Tapia, realizaba el acto “hombre bala”, cuando una varilla salió proyectada del cañón y atravesó su cuerpo causándole heridas internas que provocaron su muerte.

Seis años antes, el acróbata mexicano Roberto Valenzuela, quien también era integrante del Circo Hermanos Vázquez, falleció tras sufrir un golpe en la cabeza debido a una caída, mientras ejecutaba su acto con cintas durante una función en Los Ángeles. Durante su presentación no había una red de protección.

Ante estos eventos, es probable que surjan preguntas acerca de la efectividad de las medidas de seguridad en los circos, así como sobre los seguros médicos del talento artístico, sin embargo, lo que es verdad es que el trabajo de los acróbatas es una práctica de alto riesgo.

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