El cardiólogo de 57 años estaba privado de su libertad desde el 7 de noviembre, fecha en que un jurado lo declaró culpable de homicidio involuntario por causar la muerte del Rey del Pop.
La justicia determinó que el médico personal de Jackson, el Dr. Conrad Murray fue el responsable de su muerte, porque se excedió en las dosis de propofol recetadas al artista. Y aunque lo hacía bajo el pedido expreso de su paciente, se lo califica como a un profesional imprudente, que abandonó a Jackson cuando estaba bajo los efectos del poderoso anestésico.
Se trata de otra muerte más por exceso de fármacos. Michael Jackson pasa a integrar el extenso listado de personas que arriesgan su vida por abusar de medicamentos peligrosos que deben consumirse bajo estricta vigilancia médica.
Puntos clave
- La Corte Suprema de los Angeles determinó que el Dr. Conrad Murray fue el culpable de la muerte de Michael Jackson.
- Deberá cumplir 4 años de prisión no excarcelable.
- Según la justicia, le administró propofol en exceso y tuvo una actitud imprudente.
Propofol, un poderoso anestésico
El propofol es una droga que se usa para anestesia intravenosa, cuando los médicos desean lograr la sedación completa del paciente.
La Clínica Universidad de Navarra (España) informa que el medicamento tiene un inicio de acción de 30 segundos, causando una inmediata pérdida de la conciencia. Los medicamentos que poseen este anestésico no pueden adquirirse sin receta médica.
La misma fuente médica afirma que los efectos adversos del propofol son frecuentes e importantes: causa nauseas, tos, hipo, disminución de la presión arterial, dolor de cabeza, mareos, temblores y calambres abdominales.
Más muertes por abuso de analgésicos
El número de muertes por sobredosis de medicamentos contra el dolor, conocidos en inglés como “painkillers”, se triplicó en una década, revela un informe del gobierno federal, que pide a los médicos que limiten las recetas de analgésicos que causan adicción.
Según el nuevo informe de Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) cerca del 5 por ciento de los estadounidenses de 12 años o más tomaron demasiados medicamentos contra el dolor durante 2010, usándolos sin receta médica, para superar dolores o simplemente para drogarse.