Cada vez se suman más evidencias que quienes duermen menos de lo recomendable tienen mayor riesgo de subir de peso que quienes lo hacen al menos 7 u 8 horas por noche.
Un estudio publicado en la revista científica PLOS agrega un nuevo argumento, mostrando que dormir poco se correlaciona con una cintura más ancha y un mayor índice de masa corporal (IMC).
La investigación, dirigida por el Instituto Leeds de Medicina Cardiovascular y Metabólica y la Escuela de Ciencia de Alimentos y Nutrición, involucró a 1,615 personas de 19 a 65 años en el Reino Unido y analizó la asociación entre la duración del sueño y una serie de factores cuantificables, como: circunferencia de la cintura, presión arterial, lípidos, glucosa, hormonas tiroideas y otras medidas importantes del perfil metabólico de una persona. También se estudió la dieta de estas personas.
Más pulgadas en la cintura
Las personas que dormían alrededor de seis horas cada noche tenía un promedio de 1.2 pulgadas más de cintura que aquellos que dormían nueve horas por noche. Aquellos con menos sueño también pesaban más. La relación entre más horas de sueño y cinturas más pequeñas y un menor índice de masa corporal (IMC) parecía ser casi lineal.
Contrariamente a la hipótesis de los investigadores, la duración del sueño no se asoció con ninguna medida dietética.
Estudios anteriores
Un estudio anterior de la Universidad de Stanford había señalado que las personas que dormían menos de 5 horas, comparado con aquellas que dormían 8, producían mayores niveles de grelina y descenso en los de leptina. La consecuencia más importante de estas alteraciones neuroendocrinas era el aumento del apetito, especialmente por alimentos hipercalóricos y ricos en hidratos de carbono, para intentar sustituir la energía que no se recuperó por la falta de un sueño reparador. Y esto acaba provocando una sobrealimentación y, en último término, aumento de peso.
Por otra parte, miembros del Centro de Investigación Biomédica en Red-Fisiopatología de la Obesidad y la Nutrición (CIBERobn) de España informaron que la alteración de los ritmos circadianos (reloj biológico), especialmente en la infancia, podría favorecer la aparición del sobrepeso. Y a la inversa, la obesidad incrementa el riesgo de sufrir trastornos del sueño, como el insomnio, los ronquidos o la apnea.
Colesterol
El estudio de los científicos ingleses también encontró otra diferencia relacionada con las horas de sueño de las personas. Un sueño más corto parecía estar relacionado con niveles reducidos de HDL o colesterol "bueno" en la sangre.
Greg Potter, coautor de la investigación, señaló que el sueño insuficiente puede contribuir a la obesidad y la diabetes tipo 2 y agregó: "Comprender por qué las personas ganan peso tiene implicaciones cruciales para la salud pública".