Si algunos días en particular te cuesta más conciliar el sueño, asómate a la ventana: tal vez la culpa la tenga la luna llena.
Un estudio de científicos de la Universidad de Gotemburgo, en Suecia, halló que en la fase de luna llena se puede llegar a dormir hasta 50 minutos menos. Y eso se mantuvo aún cuando los participantes de la prueba no veían al astro por la ventana, sino que permanecían en completa oscuridad. Es decir, no sería por la visión perturbadora de la luna a través de la ventana, sino que va mucho más allá.
Los hallazgos fueron publicados en Current Biology y parecen apoyar cierta parte del folclore popular que vincula los cambios en el comportamiento de las personas con los ciclos de la luna.
El ritmo lunar sería algo similar al ritmo circadiano, la forma en que las funciones corporales se sincronizan con el patrón de las 24 horas de rotación de la Tierra.
Podría denominarse “circaluna”. Michael Smith, quien dirigió el análisis, dijo: "es posible que el cuerpo tenga un ritmo circaluna, y saberlo tal vez sea evolutivamente ventajoso, porque uno está más activo en esos días o más alerta frente a las amenazas".
Durante la investigación se comprobó que cuando hay luna llena, las personas no sólo dormían menos, sino que además, todos se mostraban más sensibles al ruido.
Otro estudio de 2013 de la Universidad de Balisea, en Suiza, halló que en los 4 días antes y después de la luna llena, los participantes experimentaron una reducción significativa en la calidad y cantidad del sueño: durmieron un promedio de aproximadamente 20 minutos menos, se redujo en un tercio la cantidad de tiempo de sueño profundo. Y además, produjeron menos melatonina, la hormona del sueño.
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