Enfrentarse con aulas de alumnos mal dormidos puede ser un problema para muchos docentes, y un riesgo para los propios estudiantes, quienes no están en condiciones de aprender si no descansaron lo suficiente.
Los adolescentes que no duermen lo necesario, además de tener un mal desempeño en la escuela, son más propensos a tener sobrepeso, a no participar en la actividad física diaria, a sufrir de síntomas depresivos, a involucrarse en conductas de riesgo como beber, fumar tabaco, y usar drogas ilícitas, según detalla el informe presentado el jueves 7 de agosto de 2015 por los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC).
La falta de sueño es común entre los estudiantes de secundaria, se sabe que menos de un tercio duermen al menos 8 horas en las noches durante la semana escolar.
En una declaración de política publicada en 2014, la Academia Americana de Pediatría (AAP) instó a las escuelas medias y secundarias a modificar las horas de inicio de clases como un medio de ayudar a los estudiantes a alcanzar las horas de sueño adecuado y mejorar su salud, seguridad, rendimiento académico y calidad de vida.
La AAP recomienda que "las escuelas deben aspirar a una hora de inicio no anterior a las 8:30 de la mañana”, pero en líneas generales, esto no se cumple.
Los CDC y el Departamento de Educación de Estados Unidos analizaron los datos de la Schools and Staffing Survey (SASS) de 2011-12 en un estimado de 39,700 escuelas públicas medias, secundarias y combinadas en el país, con un total de 26,3 millones de estudiantes, y hallaron que el tiempo promedio de inicio de las clases fue a las 08:03 am.
En general, sólo el 17,7% de estas escuelas públicas empezaron la jornada a las 8:30 am o después. El porcentaje de escuelas que empezaban a las 8:30 o más, varió mucho según el estado, que va desde el 0% en Hawaii, Mississippi, y Wyoming, a más de tres cuartas partes de las escuelas en Alaska (76,8%) y Dakota del Norte (78,5%) mientras que Louisiana reportó el horario más temprano de inicio de la escuela media (7:40 am).
Un total de 42 estados informaron que entre el 75% a 100% de sus escuelas públicas tenían horas tempranas de inicio de clases (antes de las 8:30 am).
Un sistema escolar que inicie la jornada a las 8:30 de la mañana, ofrece a los estudiantes la oportunidad de alcanzar las 8 a 9 horas de sueño recomendadas por la AAP y las 8 horas recomendadas por la Fundación Nacional del Sueño, declararon los funcionarios federales.
Pegados a la almohada
En la pubertad, los ritmos biológicos comúnmente cambian, ya que los adolescentes tienen sueño más tarde por la noche y necesitan dormir hasta más tarde en la mañana. A menudo, estos cambios biológicos se combinan con las costumbres deficientes en el hogar (incluyendo horarios irregulares para ir a dormir y la presencia de televisores, ordenadores o teléfonos móviles en el dormitorio).
Para contribuir a superar la falta de sueño, los padres pueden ayudar a sus hijos a practicar una buena higiene del sueño, con medidas simples:
- Regular y vigilar los horarios para ir a dormir (incluyendo los fines de semana).
- Vigilar la exposición a la luz (como la iluminación de la habitación o uso de la electrónica) ya que los que están expuestos por las tardes, tienen menos probabilidades de dormir lo suficiente.
- Controlar el uso de la tecnología (por ejemplo, computadoras, videojuegos o teléfonos móviles) que también podría contribuir a acostarse tarde.
- Considerar la implementación de un "toque de queda" o la eliminación de dispositivos en el dormitorio.
- Finalmente, los padres se beneficiarían a sí mismos y a sus hijos dándoles un buen ejemplo.