La Fundación Nacional del Sueño recomienda dormir una breve siesta durante el día. Es una receta eficaz que ayuda a restablecer las funciones del organismo, tanto físicas como mentales. Un estudio del Instituto Nacional de Salud Industrial, en Kawasaki, Japón, sugiere que al dormir siestas cortas varias veces por semana hay menos riesgo de padecer disfunciones cardiovasculares y cognitivas.
Una breve siesta restaura la energía y el estado de alerta, que puede ser muy necesario en el trabajo o la escuela, y también para quien tiene niños a su cuidado. Incluso hay muchas personas que ya se sienten revitalizadas después de una siesta de apenas 20 minutos. De todos modos, es importante no dormirlen las últimas horas del día porque puede dificultar conciliar el sueño nocturno.
El sitio web Healthy Holistic Leaving (HHL) analiza cuánto debería durar una siesta en función al bienestar que deseemos lograr. Y describe cuatro tipos principales de "descansitos" para tomarse durante el día:
- Dormir de 10 a 20 minutos: ayuda a recuperar la energía y estar más alera. Si bien no se llega a la fase de sueño profundo, esta siesta ligera permite despabilarnos rápidamente, y a la vez sentirnos renovados.
- Una siesta de 30 minutos es muy reparadora, aunque al despertarte te sientas un poco atontado, o como si tuvieras una ligera resaca. Pero a no alarmarse: en solo media hora desaparecen estos síntomas y empiezas a sentirte con una nueva vitalidad.
- La siesta de 60 minutos también te deja algo atontado al despertarte, pero sus beneficios son notables. Notarás que tu memoria mejora, y te resulta más fácil recordar nombres, hechos y caras.
- Súper siesta de 90 minutos: te permite cumplir el ciclo de sueño completo, que comprende el más liviano y el más profundo, que incluye períodos donde se sueña. Esta siesta te ayuda a mejorar la creatividad y la memoria emocional y a optimizar los sentidos.
HHL indica que el 85% de los mamíferos duermen más de una vez al día. En la sociedad moderna, los humanos lo hacen una sola vez, pero esto parece no haber sido siempre así. Al menos así lo supone un investigador que analizó durante 15 años los hábitos de sueño en la historia de la humanidad.
En su libro "Al final del día: la noche en tiempos pasados" (At Day's Close: Night in Times Past), el historiador Roger Ekirch, de la Universidad Virginia Tech, demostró que no siempre el hombre durmió 8 horas de corrido por noche. Antiguamente lo hacía en dos bloques de 4 o 5 horas cada uno, con un intervalo de unas 12 horas entre cada uno. La información la obtuvo analizando todo más de 500 fuentes históricas, desde la Odisea de Homero hasta las costumbres actuales de algunas tribus de Nigeria.
Ante tanta evidencia ¿qué esperas para echarte una siestita?