Estados Unidos: cómo prevenir los riesgos de la terrible ola de calor

La palabra "infierno" no es exagerada para definir la ola de calor que arrasa a Estados Unidos. Desde el Valle de la Muerte en California hasta el National Mall de Washington, DC, las temperaturas han alcanzado cifras récord de tres dígitos.

Los riesgos para la salud por el calor extremo son innumerables. Para todos pero especialmente para los trabajadores que están al aire libre, obreros, agrícolas, que no tienen más opción que estar bajo el sol rajante, muchas veces sin la prevención necesaria.

Estados Unidos: cómo prevenir los riesgos de la terrible ola de calor
El cartel marca la temperatura récord en el centro de visitantes del Death Valley National Park en Furnace Creek, California, el 17 de junio. La recomendación de los guardaparques es "cargar mucha agua" y "viajar preparado para sobrevivir". | Foto: GETTY IMAGES

La Organización Mundial de la Salud (OMS) explica que Las olas de calor, que pueden durar varios días, pueden causar hasta la muerte. Las olas de calor se encuentran entre los mayores peligros naturales, pero rara vez reciben la atención adecuada porque sus muertes y destrucción no siempre son obvias de inmediato. Entre 1998 y 2017, más de 166,000 personas murieron debido a complicaciones de salud por el calor extremo, incluidas más de 70,000 durante la ola de calor de 2003 en Europa.

La exposición de la población al calor está aumentando debido al cambio climático. A nivel mundial, se observa que los eventos de temperaturas extremas aumentan en frecuencia, duración y magnitud. Entre 2000 y 2016, el número de personas expuestas a olas de calor aumentó en alrededor de 125 millones.

Si bien los efectos del calor pueden exacerbarse en las ciudades, un fenómeno conocido como "calor urbano", también impacta gravemente en las zonas rurales. 

Las olas de calor pueden sobrecargar los servicios de salud y las salas de emergencia, y también aumentar la presión sobre el agua, la energía y el transporte, lo que resulta en cortes de energía. La seguridad alimentaria y de los medios de vida también puede verse afectados si las personas pierden sus cosechas o ganado debido al calor extremo.

Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) enfatizan que el calor extremo puede afectar a la salud de diferentes maneras. 

El efecto más conocido es el "golpe de calor", que ocurre cuando el cuerpo se vuelve incapaz de controlar su temperatura. La temperatura corporal aumenta rápidamente, el mecanismo de sudoración falla y el cuerpo no se puede enfriar. Esta condición puede causar la muerte o discapacidad permanente si no se proporciona tratamiento de emergencia.

El calor extremo puede conducir a ataque cardíaco por calor y falla orgánica.

Entre los más afectados están los niños pequeños, los adultos mayores y otros grupos, incluidos personas con enfermedades crónicas, poblaciones de bajos ingresos y los trabajadores al aire libre.

Las personas que viven en viviendas precarias sin un buen sistema de aire acondicionado también están en mayor riesgo.

Las temperaturas más altas y los problemas respiratorios también están relacionados. Una razón es que las temperaturas más altas contribuyen a la acumulación de contaminantes atmosféricos nocivos.

Muchas ciudades como St. Louis, Filadelfia, Chicago y Cincinnati, han visto grandes aumentos en las tasas de mortalidad durante las olas de calor por afecciones respiratorias exacerbadas por las altas temperaturas.

Las medidas preventivas son simples:

  • No exponerse al calor, evitando estar al aire libre especialmente en las horas de sol pico
  • Usar ropas de colores claros que absorven menos el calor
  • Mantenerse bien hidratado, especialmente bebiendo mucha agua
  • Acudir al médico ante cualquier síntoma de que algo está mal en el cuerpo por el calor extremo

El Departamento de Trabajo de los Estados Unidos indica que, para prevenir el llamado "calor ocupacional", las prácticas recomendadas para los trabajadores al aire libre son

  • Consumir líquidos adecuados (agua y bebidas deportivas)
  • trabajar turnos más cortos,
  • tomar descansos frecuentes y a la sombra, e
  • identificar rápidamente cualquier síntoma de enfermedad por calor.

Otras opciones para mantener baja la temperatura corporal en ambientes de trabajo al aire libre incluyen realizar cambios en la carga de trabajo y los horarios. Por ejemplo, capacitar a los supervisores y trabajadores para reducir la actividad física, como reducir la velocidad de manipulación manual o programar el trabajo para la mañana. 

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